¿Cuánto le falta a Britney Spears para ser “libre”?
La novela de Britney Spears continuará a finales de septiembre cuando se sepa, de una vez por todas, si ella puede manejar su fortuna y su vida. Una cronología de lo que ha vivido la princesa del pop.
Britney aseguró en declaraciones judiciales que la obligaban a dar conciertos. FOTO Getty
El mundo conoció a Britney Spears peinada con dos trenzas, bailando con uniforme de colegiala y cantando Give me a sign / hit me baby one more time. Tenía 17 años (1999) y un sueño: ser como Madonna, la reina del pop. Entonces la empezaron a llamar La Princesa del Pop tras su álbum debut ...Baby one more time, en una época en la que se forjaba la era del pop adolescente. Britney iba por el trono, solo que esa soberana, Madonna, era una propietaria muy vehemente, y la fama llevó a otros lados a la joven cantante. Se quedó sin corona.
Una vida tormentosa
Para desglosar los hechos con los que Britney comenzó a perder ese halo angelical que proyectaba hay que ir a 2004, cuando en una parranda de año nuevo se casó con un compañero de estudio en Las Vegas. De ahí siguieron actos como manejar su auto con su primer hijo en brazos, el ingreso e inmediata salida (no duró ni 24 horas) en un centro de rehabilitación y la famosa imagen con la cabeza rapada –ella misma se quitó el pelo en una peluquería–, con la mirada perdida y lágrimas. Era 2007 y tenía 25 años.
Para entender lo que sucede actualmente con Britney Spears vale la pena recordar varios puntos: hoy tiene 39 años y desde 2008 (a sus 26) vive amparada por una figura llamada legal conservatorship, una tutela o caso judicial que se dio tras ser llevada a una clínica y que se considerara, con exámenes psicológicos, que ella no podía cuidar de sí misma. En esos casosun juez designa a una persona u organización responsable (en este caso su padre Jamie Spears) para cuidar de otro adulto que no puede cuidar de sí mismo o administrar sus finanzas.
Para explicarlo, la abogada Isabel Galeano trae una figura que fue similar en el caso colombiano (ya se eliminó en 2019): la interdicción judicial. Se hacía por un proceso voluntario en los juzgados en el que se designaba a una persona para que fuera responsable de otra considerada incapaz, “no era controvertir un derecho sino resolver un litigio, declarar que una persona no estaba en capacidades mentales para decidir sobre sus recursos y podía dilapidarlos”.
El abogado Luis Carrillo, citado por el diario El País de España, considera que el caso de Britney es “inaudito” ya que “la gran mayoría de las personas que están en una tutela (en Estados Unidos) tienen demencia o una edad avanzada”.
Desde 2014 se viene debatiendo el caso en los estrados judiciales. En agosto de 2019 su padre anunció que se retiraría de los asuntos de la tutela por problemas de salud, la tutoría temporal la asumió la trabajadora social Jodi Montgomery, pero el padre siguió controlando el dinero.
En julio de este año un juez de la Corte Superior de Los Ángeles denegó una petición de ella para destituir a su padre como tutor de su patrimonio y un mes después este anunció que se retiraba del manejo de la tutela sin precisar fecha, por eso la artista todavía no puede manejar su dinero (una fortuna que supera los 60 millones de dólares, cerca de 230.000 millones de pesos colombianos).
Del dinero a la salud mental
Aunque al principio se pensó que solo implicaba dinero, hace tres meses la cantante confesó que lo que había dicho en 2019 “estoy bien y estoy feliz”, fue una mentira. “He estado en negación. En shock. Estoy traumatizada, pero ahora estoy diciendo la verdad. Lloro todos los días”.
Añadió que el control no solo estaba en el dinero sino en su vida: la obligaban a dar conciertos, ir a terapias y a internarse en centros de rehabilitación en contra de su voluntad. En julio de este año Britney anunció que no se subirá más a los escenarios mientras su padre siga controlando todos los aspectos de su vida.
Johnny Orejuela, doctor en psicología de la Universidad de São Paulo, Brasil, explica que es doloroso y frustrante que una persona pierda su autonomía, “es negarle la condición de adulto para dirigir su vida, así no le guste a su padre, es infantilizarla (...) Si ella por exámenes clínicos psicológicos y psiquiátricos demuestra su estabilidad, dominio de sí, autocuidado y responsabilidad, no habría por qué mantenerla fuera de la capacidad de decidir sobre su vida y bienes”.
Hoy en sus redes sociales comparte lo que piensa, muestra imágenes desnuda y cubriendo su pecho con sus dos manos y responde fuertemente ante quienes la critican cuando sube videos suyos bailando. “Las redes no son una fuente confiable de información sobre la salud mental de alguien”, precisa el psicólogo, y añade que no se trata de lo que piense el papá o la sociedad “que tienen sesgos morales que pueden atentar contra sus derechos fundamentales como a la autodeterminación y el libre desarrollo de su personalidad, así no le guste a mucha gente”.
La pelea de Britney continúa (ver Qué sigue) y el conflicto ha generado un movimiento mundial en las redes sociales, que la apoyan, #FreeBritney” (Libertad para Britney), que se ha impulsado gracias al documental Framing Britney, de The New York Times, que hace un seguimiento de su historia. Incluso Madonna, aún en su trono, aboga por ella: “Devuélvanle a esta mujer su vida. La esclavitud fue abolida hace mucho tiempo”.
Britney anunció esta semana su compromiso matrimonial con Sam Asghari, modelo y entrenador personal. ¿Podrá hacerlo? En sus declaraciones en el juzgado este año dijo que quería casarse y tener un bebé, pero que tenía un dispositivo que evita que quede embarazada. Sobre la boda no hay claridad. Esta historia aún no tiene un final feliz. La próxima noticia se sabrá el 29 de septiembre.