Al otro lado del teléfono el técnico Javier Bonilla grita de la alegría. “Usted no se imagina cómo estoy, es que la historia de Juan David es increíble, su superación no tiene límites y nos dejó a todos impactados con ese oro”, comenta emocionado.
La razón de su satisfacción es el triunfo que Juan David Guevara Pastrana logró en el lanzamiento de jabalina en los Juegos Suramericanos juveniles que se disputan en Rosario, Argentina.
Este chico, de 17 años, que nació en San Juan de Urabá y que caminaba más de tres horas para llegar a casa del técnico Bonilla a entrenar, nunca se ha dado por vencido.
A los 11 años, Juan David se ofreció para ir a correr en representación de su colegio, ubicado en la vereda Calle Larga de San Juan de Urabá. Cuando le preguntaron qué prueba quería disputar dijo que todas. En ese instante el técnico Bonilla quedó sorprendido.
“Por su biotipo pensé inmediatamente que era un lanzador. Cuando sale a correr y termina de primero, imagínese usted, yo quedé pasmado y más cuando Juan David se me acerca y me dice: ‘profe, lléveme que yo quiero entrenar”, recuerda Bonilla.
Pero su experiencia le decía que Juan David no era velocista, así que a la semana siguiente fue al colegio, pidió permiso y se llevó al joven para hacerle una prueba.
“Le di una piedra como de unos 250 gramos y le indiqué que la lanzara. Ese niñó la agarró como si nada y la mandó a unos 70 o 80 metros y me dije: sí señor, este es un lanzador innato. Donde lo hubiera visto un entrenador de béisbol se lo lleva como pitcher. Así que les pedí que lo inscribieran en la plataforma de Juegos Escolares en el lanzamiento de jabalina”.
De esta manera, Juan David empezó en esta modalidad. Se ha destacado tanto que actualmente está radicado en Medellín en el grupo de alto rendimiento que maneja Indeportes y la Liga.
“Juan David es un apasionado por su deporte. Cuando yo iba hasta la vereda para entrenarlo siempre se quedaba más tiempo y me pedía que le dejara tareas para hacer. Una vez llegó a mi casa, lleno de barro, con un morral, y me expresó que como yo no podía dirigirme hasta donde él, entonces que llegaba para quedarse tres días para que lo entrenara. Al principio me dio susto, pensé que algún familiar iba a venir a reclamarme, pero luego el niño me contó que vivía con los abuelos y que prefería venir a practicar”, recuerda Bonilla.
Así, esforzándose, yendo a entrenar solo, Guevara se empezó a abrir camino. Su talento lo llevó a ser parte del grupo de Desarrollo Deportivo y lo becaron en Turbo.
“Con 14 años tomó la decisión de dejar las labores del campo con el abuelo (sembraban maíz y cortaba leña), porque quería salir adelante por medio del deporte”, menciona el entrenador.
Durante un tiempo vivió de la caridad y la ayuda de los padres de familia de sus compañeros de atletismo. También recibió apoyo de Diego Corrales (ingeniero), quien siempre apadrina a los chicos que llegan de San Juan de Urabá buscando un mejor futuro.
El año pasado el lanzador no pudo estar en el Campeonato Suramericano en Paraguay, ya que sus abuelos no pudieron viajar a Medellín para firmar los permisos.
Eso le generó una frustración inmensa, pero Juan David no se quedó en el dolor y buscó ayuda con un docente de su vereda para que fuera su tutor y, con el visto bueno de los abuelos, el profesor Pedro Garavito pasó a ser quien firma los consentimientos para las salidas de atleta.
Desde Argentina, el antioqueño se mostró feliz por su desempeño y le dedicó el triunfo a sus abuelos. “Este resultado es magnífico, venía luchando por lograrlo, era mi objetivo. Fue una prueba reñida con Brasil, y al final gané con una marca de 63,80 metros, dejando al rival con 63,75. Le dedico esta medalla a mi abuela Marlenis Pastrana y abuelo Edilberto Guevara, que fueron los que me formaron, también a los profesores de mi colegio y entrenadores que me han apoyado”