El lateral izquierdo de Independiente Medellín, Yulián Gómez Mosquera, nacido en Ortigal, Cauca, hijo de José y Celia, y esposo de Audry Johana Díaz, con quien se casó el pasado mes de junio, atraviesa un buen momento deportivo en el inicio del segundo semestre.
El futbolista, en diálogo con EL COLOMBIANO, contó detalles de su vida personal. También se refirió a la vinculación de David González como técnico del Rojo.
¿Cómo se describe usted en la parte deportiva?
“Soy un jugador explosivo y rápido, con gambeta y buen juego aéreo. Voy bien en lo defensivo y también aporto en ataque. Soy un futbolista centrado, que cada día quiere mejorar. Tengo errores, pero he sido enfático para corregirlos”.
¿Y como ser humano?
“Soy una persona trabajadora, humilde y respetuosa. Serio, enfocado en lo que hago, pero también puedo ser amigable, brindar apoyo en momentos de dificultad”.
¿Qué es lo que más recuerda de la infancia?
“Cuando jugábamos en las calles de mi pueblo con los amigos. Apostábamos que el equipo que perdiera tenía que cortar caña. Los metíamos al cañal para que se llenaran de pelusa”.
¿Cómo llegó al fútbol?
“A mí no me gustaba. Después de un accidente fue que me acerqué a este deporte por un amigo que me llevó a la cancha y vio que cuando jugábamos, así apostando, yo era bueno. Entonces me dijo que fuéramos a entrenar. Me decidí y empecé a tomar el fútbol en serio, me escapaba del colegio para poder ir a entrenar.
¿Era buen estudiante?
“No, en el colegio no me iba bien y mi mamá me castigaba escondiéndome los guayos. Mi mamita (Alejandrina Pino) vivía cerca a la cancha, entonces yo le decía a mi madre que me iba ir a dormir donde ella, pero esa era la excusa para ir a jugar, con zapatos porque los guayos los tenían escondidos”.
Yulián, ¿qué música le gusta escuchar?
“La cristiana y también salsa que siempre me ha gustado. Y por ahí una que otra balada”.
¿Qué tal le ha ido en su vida de casado?
“Hace poco tuve la oportunidad de casarme, era algo que había soñado y planeado. Gracias a Dios lo pude hacer ahora mitad de año, era una prioridad. Soy un hombre de familia y este fue un paso bonito que me ayuda en lo personal y en lo profesional”.
¿Estaba muy tenso antes de la ceremonia?
“Se siente la misma presión que cuando uno va a jugar un partido, esos nervios en la semana cuando ya se acerca el momento, pero bueno ya después lo puede asimilar y gracias a Dios todo salió como lo teníamos planeado”.
¿Qué le dejó esa delicada lesión que sufrió en 2020?
“Fue un dolor grande porque me venía perfilando como uno de los mejores en mi profesión y de hecho se me estaban abriendo puertas en otros clubes, incluso en el exterior. Igual eso dejó enseñanzas, madurez, porque incluso pensé en abandonar mi trabajo, pero con el apoyo de los compañeros me fortalecí y salí adelante”.
¿Qué fue lo más difícil de ese momento?
“La gravedad de la lesión (fractura de peroné), primera vez que me tocaba una de esta índole y verla fue impresionante. Pensé que no iba poder volver a jugar, eso me nubló. Finalmente pude asumirlo, las cosas pasan por algo, aprendí a valorar lo que tengo, eso también me ayudó en el proceso. En ese momento sentí el respaldo de personas que no imaginaba” . n
