Después de que el mayor accionista del Medellín, Raúl Giraldo, anunció, el pasado viernes, que ya firmó una “cláusula de confidencialidad” con una compañía internacional de fútbol interesada en la compra del equipo, los hinchas escarlatas solo hablan de eso.
La noticia respondía al clamor de una gran parte de la fanaticada que ha manifestado su desacuerdo con el manejo del club en las últimas temporadas, ocasionando una crisis deportiva de la que intentan salir de la mano del técnico Javier Álvarez.
En el video que utilizó “la buena nueva”, como la llamaron algunos hinchas, Giraldo reconoce su amor a la institución, elogia a la afición y agrega que mientras dure el proceso de transición, del que no tiene certeza en duración, es consciente de la necesidad de reforzar el equipo “con jugadores que merezcan vestir la camiseta del DIM y acompañen nuestro proyecto, por seguiremos trabajando y garantizando este objetivo”.
Deja la sensación, como lo ha manifestado en otros medios, que vender un equipo de fútbol requiere de buen tiempo.
“Ya es hora de que se vaya, está desgastado con la afición, está mal asesorado”, dice Rubén Elejalde, un seguidor rojo de toda la vida.
¿Y quién será?
La figura de la “confidencialidad”, tan de moda en el balompié, le permite al dirigente, que se comprometió a “seguir dando detalles” del negocio, a mantener en reserva el nombre de los posibles compradores. Pero en medio de todo, como se puede comprobar en las redes sociales, hay muchos incrédulos.
Hace reto se especula sobre el tema y hasta mencionan compañías, como el City Football Group, dueño del Manchester City, algo “que no se ha contemplado y no es cierto”, señaló Guillermo Londoño, un cazatalentos antioqueño vinculado a ese club inglés.
También se rumoró del empresario venezolano Norman Capuozzo y sus empresas asociadas, pero este de inmediato salió a desmentir el hecho, como lo había hecho el futbolista Juan Fernando Quintero en relación con su representante.
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El deportista, sin embargo, no negó que pueda tener interés en el Poderoso, del que se ha declarado hincha.
Un fuente cercana a este diario contó que en días recientes un grupo de empresarios locales tenía lista la compra del DIM, pero el negocio se cayó por una exigencia adicional del vendedor. Se habla de una cifra superior a los 20 millones de dólares (76.519 millones de pesos colombianos, aproximadamente).
EL COLOMBIANO inició este martes una encuesta en la cuenta de Twitter @ECFutbol, en la que indaga sobre el deseo de los hinchas de cara al futuro del Equipo del Pueblo: que lo compre una compañía internacional, un grupo local, empresarios independientes o que lo democraticen. Por ahora la tendencia es por la primera opción.
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A propósito, en los 107 años el club escarlata ha pertenecido a particulares. Solo una vez, en 1972 cuando lo recuperaron tras haberse ido para Barrancabermeja, un grupo de empresarios puso en venta acciones. De esa época aún hay aportantes.
Sin embargo, esa fórmula tuvo que reforzarse con el apoyo de algunas empresas paisas, entre ellas Pilsen, Hotel Europa Normandi y Ferretería Toroga. Cada acción valía 5.000 pesos.
Por el momento toca esperar que transcurra el tiempo para ir descubriendo el futuro del Medellín, cuyo presente deportivo es crítico.