Hay una frase que dice que “no se puede tapar el sol con un dedo” y eso es lo que intentan hacer en Nacional, directivos, cuerpo técnico y jugadores.
Al cierre del año pasado, los dirigentes manifestaron que no había ninguna crisis, porque el club se venía recuperando económicamente y porque pese a los altibajos que tuvieron en lo deportivo lograron puntear gran parte del año la reclasificación y además disputaron dos finales (la Liga del primer semestre y la Copa Betplay) y ganaron una.
Sin embargo, obviaron otras situaciones que demostraban lo contrario como la inestabilidad del club con los cambios de entrenadores: la salida de Paulo Autuori, dejar encargado a Willian Amaral, quien no tenía una licencia para dirigir al club en torneos internacionales, y después la llegada de Jhon Bodmer, que era el técnico que se encargaba de la Sub-20.
Hasta acá ninguno de ellos ha podido convencer con su idea de juego y además perdieron con los rivales históricos y en muy escasas oportunidades pudieron superarlos. No solo fue caer con ellos, sino la manera, como las dos goleadas que le propinó el América y el 5-0 del Medellín.
También justificaron esa parte deportiva con la clasificación a los octavos de final de la Libertadores, instancia en la que Racing dejó en ridículo al conjunto antioqueño que llevaba una ventaja de dos goles en el duelo en casa. Finalmente, para los directivos no hubo crisis. Además, a esto habría que sumarle las diferencias con los hinchas, molestos por el costo de los abonos, y la equivocación en algunas contrataciones como las de Francisco da Costa, Cristian Zapata y Maximiliano Cantera, por mencionar solo tres. El haber bajado los precios para este año, implícitamente hace que reconozcan su error, pero no lo manifestaron públicamente.
El técnico Jhon Bodmer acumula un rendimiento del 42 por ciento, muy por debajo de las expectativas. Suma 22 partidos dirigidos, de los cuales han sido 8 victorias, 4 empates y 10 derrotas. Su equipo tiene 27 goles anotados, pero 30 en contra. Así que está en déficit de victorias, además de -3 en la diferencia de goles. Sin embargo, en las últimas ruedas de prensa, en vez de hacer un mea culpa, ha salido a aplaudir el trabajo de sus dirigidos, pese a que han tenido un pobre desempeño en la cancha.
“Fue un partido parejo, el grupo intentó desarrollar lo que se trabaja, tuvimos el control de la pelota, inclusive llegamos a pensar que nos iban a hacer algo de presión y al final logramos salir con el control del balón, nos faltó ser finos en la profundidad y en las pocas ocasiones que tuvimos para haber convertido”, dijo en la rueda de prensa tras la derrota 1-0 en su debut en Copa Libertadores frente al Nacional de Paraguay.
Además venía de decir que su equipo hizo un gran partido en la caída frente al Cali por la Liga.
Así mismo, no ha podido consolidar una nómina fija y, partido a partido, aparecen distintos jugadores y otros que, pese a que no han podido tener un buen rendimiento, repiten como es el caso de Sergio Mosquera y Daniel Mantilla. Bodmer sale a decir que es un tema de cargas físicas, pero con otros equipos del fútbol colombiano esto no sucede.
De otro lado, los jugadores que lo han acompañado a las ruedas de prensa lo respaldan y, en vez de reconocer que no jugaron bien, dicen que esto apenas está empezando, que van agarrando la idea y que el equipo va por buen camino. Él único que pidió disculpas tras la goleada 4-1 que le propinó el América fue Dorlan Pabón.
Así que, más allá de que el técnico Jhon Bodmer sea señalado como el principal responsable y seguramente si continúa por este camino, renuncie o sea retirado del cargo, las responsabilidades son compartidas. A Nacional no lo respalda el juego, ni el rendimiento como tampoco la falta de autocrítica que hay en el club.