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Las redes sociales fueron las cómplices para que la caleña Daniela Henao y el barranquillero Cristian Castro Devenish consolidaran su relación. Gracias a ellas llegó la esperada cita para conocerse.
Cristian, quien había visto a Daniela en Cali, quedó impactado con la belleza de esta mujer alegre, espontánea, explosiva y de carácter fuerte, algo que él intuyó al verla jugar con esa potencia, decisión y talento.
Ella también sintió atracción por él y empezaron a seguirse en las redes; así comenzaron a comunicarse.
Mientras Cristian jugaba y vivía en Porto, Daniela estaba en Medellín tratando de definir su recuperación, ya que había tenido una lesión que sufrió en una rodilla.
Una relación a mil
Finalmente llegó el día y Daniela y Cristian se conocieron personalmente. Fue en el aeropuerto de Bogotá. Cuando ella lo vio, empezó a esconderse hasta que el espigado zaguero central la encontró.
Ya en el avión rumbo a Barranquilla, empezaron a hablar, compartir y comenzaron una relación que ahora tiene un fruto, su hija Dafne, quien nació hace tres meses y les cambió la vida.
Dos talentosos
Daniela, quien se destacó primero en el fútbol sala con la Selección Colombia y pasó por clubes de fútbol como Cortuluá, Atlético F.C., Nacional y América de Cali, con el que fue campeón de la Liga Femenina en 2019.
Cristian, por su parte, había hecho su carrera fuera del país, vivía en Portugal, y estaba tranquilo y estable allí.
Lo que no sabían este par de futbolistas profesionales era que sus rumbos cambiaría, pues Cristian recibió el llamado de Atlético Nacional para que se quedara en Colombia, y Daniela, que ya vivía en Medellín, aceptó quedarse con él para vivir juntos esta nueva etapa.
El defensor afirma que entre las cosas que lo enamoraron de Daniela está su personalidad, esa fuerza que siempre saca para estar positiva y echar para delante.
Daniela habla de la tranquilidad, la pausa y la caballerosidad que tiene el zaguero verdolaga.
“Siempre fue muy respetuoso y aunque no es de muchas palabras, con sus acciones me demostró que quería tener algo serio y acá estamos”, dice la volante.
Luego de unos meses de convivencia, Daniela quedó embarazada y la vida de ambos dio un nuevo giro.
La caleña realizó otro de los sueños que había tenido siempre, conformar una familia futbolera, mientras que el barranquillero, además de su hogar, ha logrado títulos con el equipo verde.
Se complementan, se entienden, se retan y se apoyan, y aunque ambos son orgullosos, tratan que el diálogo sea lo primordial en su relación.
Mujer consentida
El nombre de su hija lo eligieron juntos, es de origen griego y significa niña coronada de laureles. Mujer sincera, honesta, consentida y cariñosa.
En medio de risas, ambos recuerdan que, luego del nacimiento de Dafne, Cristian se levantaba como un zombi. Y es que ellos, acostumbrados a dormir temprano, descansar bastante y sacar tiempo para recuperarse del esfuerzo físico, sintieron las horas de sueño perdido cuando nació la pequeña.
“La primera noche con Dafne en casa no dormimos nada y Cristian al otro día se fue como un zombi a entrenar. Por eso tomamos la decisión de que durmiera en otro cuarto porque me preocupaba que no descansara lo suficiente”, enfatiza Daniela, quien poco a poco ha retomado el ejercicio para poder retomar su forma y regresar al fútbol.
Volver a jugar es algo que tiene pendiente, aunque el nacimiento de su hija la ha tenido ocupada; siente que el regreso a las canchas es algo que sigue pendiente.
Cristian la anima, la respalda y afirma que quiere que Daniela pueda volver a jugar, a entrenar y sueña en ir a apoyarla a los partidos con su hija Dafne.
En su hogar se combinan los cuadros que recuerdan a Daniela jugando con la Selección Colombia, con los títulos que ha logrado Cristian con Nacional (Liga y Copa), junto a pañales, teteros, baberos y ropa miniatura.
¿Qué tanto se conocen?
En el juego de pareja, Cristian y Daniela demostraron que se conocen y se complementan.
Entre risas ambos reconocen sus preferencias. A Daniela le encantan los planes de mar, playa y agua, algo que también le gusta a Castro.
Ambos son amantes de la salsa. Daniela, como buena caleña, ama este ritmo, mientras que ha aprendido a disfrutar de las costumbres costeñas de su esposo, sobre todo la comida, porque Cristian es consumidor de productos del mar. Disfrutan cocinar, estar en casa y pasar tiempo juntos.
Desde el nacimiento de Dafne reconocen que ambos se alternan algunas labores del hogar, pues la pequeña es su centro de atención y quien absorbe toda su energía.
Otra muestra de su amor es el tatuaje que se hicieron en sus brazos izquierdos con el apellido de otro: Daniela lleva el Devenish y él, el Henao.
Estos jóvenes seguirán ayudándose, apoyándose y buscando cumplir más sueños, ahora impulsados por su mayor bendición, su hija Dafne, quien llegó para iluminar aún más la casa de estos amantes del fútbol.
Yira, su mascota, ha sentido celos por la llegada de la pequeña, aunque también le ha mostrado su amor y la cuida con ahínco.
Ambos tienen metas en su profesión y se apoyan para cumplirlas.
Por ahora, Cristian sigue concentrado en su familia y en lograr el título con Nacional. Daniela, en cuidar a su bebé y recuperar la forma para regresar a las canchas, ojalá vistiendo los colores de Nacional, el tiempo lo dirá.
Periodista de la Universidad del Quindío. Cuyabra hasta los huesos y mamá de un milagro llamado Mariana, amante de la salsa y apasionada por el deporte.