El duelo en que Atlético Nacional enfrentó a Llaneros por la fecha 18 de la Liga Betplay-1 quedará grabado como una muestra fiel del compromiso del club con su cantera. En un partido en el que alineó y terminó jugando con 11 futbolistas formados en casa, el verde antioqueño escribió una página más en su historia formativa. Fueron 12 en total los canteranos utilizados a lo largo del encuentro, todos símbolo de un proyecto que va más allá de lo competitivo: es identidad, es raíz.
Nombres como Luis Marquínez, Simón García, Royer Caicedo, Cristian Uribe, Elkin Rivero, Kilian Toscano, Tatay Torres, Kevin Parra, Andrés Salazar, Dairon Asprilla, Andrés Sarmiento, fueron protagonistas. Pero un adolescente de 17 años acaparó la atención: Juan José Rosa, quien tuvo su debut oficial con el primer equipo y dejó sensaciones prometedoras.
Extremo de perfil derecho, aunque con capacidad para jugar por ambas bandas e incluso como falso nueve, Rosa es un talento que llegó a Nacional desde Zarzal, Valle del Cauca, gracias a la mirada aguda de Camilo Pérez, encargado del proceso de captación de talentos del club. Su ascenso ha sido meteórico, sostenido por actuaciones brillantes en las divisiones inferiores.
En 2024, durante la prestigiosa Flamengo Adidas Cup disputada en el Ninho do Urubu —casa del gigante brasileño—, Rosa no solo compitió al nivel de los mejores juveniles de Sudamérica, sino que fue premiado como el mejor delantero del torneo, a pesar de que el título quedó en manos del anfitrión. Ese rendimiento le abrió los ojos al propio Flamengo, que no tardó en manifestar su interés por el joven colombiano.
“Juan José Rosa es un extremo interesante, con buenas habilidades técnicas, capacidad de uno contra uno y fuerza física. Es un jugador muy interesante”, escribió Wendson Ferreira, analista de la cantera del Flamengo, en su cuenta de X. Las palabras no pasaron desapercibidas y hoy, con su primer partido como profesional en el bolsillo, esas virtudes empiezan a revelarse.
Su estado físico, su osadía en el uno contra uno y su capacidad para adaptarse a diferentes posiciones ofensivas lo convierten en una carta valiosa para el futuro inmediato de Atlético Nacional. Pero más allá del rendimiento individual, su aparición representa lo que el club siempre ha buscado: que los hijos de la casa sean los protagonistas de su historia.
Nacional volvió a ganar (2-1). Pero esta vez, el resultado más importante no se leyó en el marcador, sino en la lista de jugadores: 12 canteranos. Un equipo hecho en casa.
