Este lunes se cumplen seis años de la tragedia de Chapecoense, cuando el avión que traía al equipo brasileño para disputar la final de la Copa Suramericana con Atlético Nacional se estrelló en horas de la noche.
Seis personas sobrevivieron, y la Unidad Administrativa Especial de Aeronáutica Civil colombiana investigó el incidente con apoyo de la Air Accidents Investigation Branch Británica.
El informe preliminar indicó que el avión viajaba excedido de peso y con el combustible al límite, y que los pilotos decidieron erróneamente no hacer escalas para repostar en los aeropuertos Alfredo Vásquez Cobo de Leticia o El Dorado de Bogotá. Además, no informaron al control aéreo de la escasez de combustible hasta el último momento. No cumplieron el plan de vuelo, el cual no debió ser aprobado por las autoridades aeroportuarias.7
Mientras que el informe final, dado a conocer el 27 de abril de 2018, destaca que la empresa LaMia “no cumplió con los requisitos de cantidad mínima de combustible exigidos en las normas internacionales, pues no tuvo en cuenta el combustible requerido para volar a un aeropuerto alterno, el de contingencia, el de reserva, ni el combustible mínimo de aterrizaje”.
Este es el segundo peor accidente de un avión Bae 146, y a su vez el segundo el peor de 2016 por debajo del Accidente del Tu-154 del Ministerio de Defensa de Rusia, en el que perecieron 92 personas.
En distintas ciudades de Brasil y, principalmente en Chapecó, se hacen diferentes homenajes para recordar a las víctimas de la tragedia. También se prepara un nuevo documental sobre los hechos.