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Pese a algunos casos de coronavirus registrados en varios planteles, se viene oleada de partidos. Panorama de
los 20 equipos.
Luego de seis meses sin la presión de los rivales en la cancha, de extrañar los festejos por los goles y los triunfos, de sentir el olor a camerino y los intríngulis propios de la competencia, cerca de 600 futbolistas colombianos empiezan a reanudar, de lleno, la Liga-2020 que se interrumpió el 10 de marzo cuando el torneo llevaba 8 jornadas.
La Superliga que Junior le ganó al América en doble partido y los duelos Cali 1-Millonarios 1 y Pasto 1-Tolima 3, la semana pasada, más el juego de este miércoles por Copa Libertadores entre DIM y Caracas (2-3) en el Atanasio, antecedieron este momento que, según el volante Andrés Andrade, “tardó demasiado” en llegar en comparación con otros países de Suramérica. Los únicos pendientes de reactivar sus torneos son Bolivia y Argentina, por determinaciones de sus gobernantes. En Brasil hay actividad desde junio.
Si bien las condiciones que encuentran los jugadores son distintas a las que estaban acostumbrados, debido a los protocolos de bioseguridad para evitar contagios del coronavirus, entre ellos hay felicidad por el regreso.
No obstante, aún ronda el fantasma de la covid como quedó reflejado este viernes con casos presentados en Unión Magdalena y Tolima, que hizo que la Dimayor (ente que organiza el torneo profesional) ordenara repetir las pruebas. En el primero todas salieron negativas y en el segundo, se registraron 13 positivos (7 futbolistas).
Estos hechos hicieron que aplazara por un día el duelo de los samarios con Bogotá (torneo de ascenso), y Nacional-Tolima, que se debía jugar anoche en el Atanasio, se postergó sin fecha definida.
Por ahora las tribunas estarán vacías porque no se permite el ingreso de público a los escenarios, pero como dice el volante de Nacional Vladimir Hernández, aunque ese aliento del hincha les hace falta, este día lo aguardaban con ansiedad: “nos gusta estar en un terreno, viviendo cada partido. Sé que va a costar un poco por el receso tan prolongado, pero todos nos esforzaremos para ofrecer un buen espectáculo”.
Atrás quedaron el confinamiento y los entrenamientos virtuales, luego las prácticas en campo que les permitieron alcanzar aceptable estado físico. Ahora llega la exigencia técnica y táctica real.
Pero hay temores por las lesiones debido al poco tiempo de trabajos grupales, como sucedió en la Liga de Alemania que en los primeros 6 partidos tras el receso, registró 8 afectados.
El readaptador físico Carlos Mario Álvarez explica que esto se debe a que mucha parte de los entrenamientos se dieron fuera de contexto (en sus casas y no en el terreno natural), “lo que origina un desajuste biomecánico (forma como se hacen los gestos y movimientos deportivos)”.
Sin embargo, cada club tomará precauciones y se apoyará en el reglamento que permite 5 cambios (antes eran 4) y más suplentes en el banco.
También inquieta la maratónica competencia que deberán enfrentar en lo que resta del año para cumplir no solo con la Liga (en total faltan 134 juegos) sino con la Copa Colombia (segundo torneo en el país), y algunos elencos como DIM, América, Junior y Nacional con compromisos internacionales. “Tendremos partidos hasta el 30 de diciembre, pero no había otra manera para cumplir el calendario”, advierte el presidente de La Equidad Carlos Zuluaga.
La llamada “industria del fútbol”, al igual que los diferentes sectores de la economía, sintieron el golpe de la crisis sanitaria mundial que frenó la actividad por un semestre. Pero no solo fueron los clubes, también los jugadores que en la mayoría de casos rebajó sueldos en los primeros meses de la pandemia para evitar la quiebra general.
De ahí el respiro que hoy experimenta la dirigencia, pues Atlético Nacional, según el presidente Juan David Pérez, dejó de percibir ingresos de 26.000 millones de pesos por la falta de taquillas, publicidad, patrocinios, tiendas verdes y escuela de fútbol. “Ahora, a mirar para adelante, a retomar la Liga y a trabajar con compromiso para reactivar y generar ingresos que mitiguen los efectos de la pandemia”, apunta el directivo.
El caso de este conjunto de Antioquia, que tiene una de las nóminas más costosas del país, refleja el panorama general (Medellín no suministró el dato). Algunos encontraron en la transferencia de jugadores un bálsamo financiero, y le apuestan a planteles con jóvenes de proyección. Los verdes cedieron a su capitán Daniel Muñoz al Genk de Bélgica, el DIM a su eje Andrés Ricaurte al Dallas de EE. UU. y Millonarios al arquero Wuilker Faríñez al Lens de Francia.
La Liga está de regreso, sin muchas estrellas por la crisis económica, pero como anuncia el analista Hugo Castaño, esta edición “puede deparar el lucimiento de nuevos talentos”.
cupos para la Libertadores
e igual número para Sudamericana hay en juego.
Comunicador social periodista de la U. de A. Sigo el fútbol profesional y aficionado, la gimnasia, el voleibol y las otras disciplinas del ciclo olímpico. Redactor de El Colombiano