Los Juegos Nacionales del Eje Cafetero serán en noviembre de este año (entre el 11 y el 23), y a la fecha hay más incertidumbres que realidades en materia de escenarios y contratación de obras.
El dirigente antioqueño Baltazar Medina fue designado por la ministra María Isabel Urrutia como nuevo director de estas justas: ¿por qué aceptó semejante “chicharrón”? Medina se ríe jocosamente: “Aunque no tengo arepa para comerme ese chicharrón estoy convencido y comprometido como profesional del deporte, para dedicarle todo el tiempo y mi experiencia al servicio del país”.
EL COLOMBIANO habló con él, quien también es el presidente de la Organización Deportiva Bolivariana (Odebo) y tendrá la misión de sacar adelante la organización de los Juegos que tendrán a Caldas, Risaralda, Quindío y Cali como sedes.
¿Cómo se dio su designación como director de los Juegos?
“Recibí la invitación de la señora Ministra, pero le solicité que lo conversará con los alcaldes y gobernadores de las sedes, y afortunadamente mi nombre fue bien recibido”.
Han sido solo dos semanas desde que recibió la oferta, ¿hasta ahora qué ha podido descubrir?, ¿cuál es el panorama?
“Esta semana vamos a saber luego de la interventoría en qué porcentaje están las obras, contamos con la buena voluntad y la disposición del Gobierno para agilizar todo y el compromiso de los constructores de trabajar a doble jornada para alcanzar los tiempos”.
¿Se va radicar en el Eje Cafetero para estar atento a las obras?
“Creo que puedo cumplir mejor con mi papel en Bogotá para gestionar muchos temas, y en el Eje Cafetero estará Andrés Felipe Rendón, un karateka, arquitecto, que seguro nos va ayudar mucho para el tema de las interventorías y seguimiento de las obras”.
¿Hay peligro de que las justas no se puedan hacer, se cambiaría de fecha o de sede?
“No se puede cambiar de fecha porque los Juegos son una Ley de la República y eso no se puede modificar tan fácil ni rápidamente, así que la misión es trabajar muy duro para cumplir, porque los juegos se harán en las sedes que ya están designadas, de pronto se podría dar el cambio de sede en algún deporte, pero el 11 de noviembre deben arrancar los Juegos”.
Los últimos Juegos Nacionales han tenido retrasos, problemas de contratación, escándalos, y obras inconclusas, ¿qué es lo que está pasando?
“Lastimosamente parece que no hemos aprendido, todo lo dejamos para lo último, pasó en los juegos de Ibagué, de Bolívar y en los Bolivarianos de Valledupar del año pasado que hasta última hora se sufrió por la entrega de obras”.
Se habla de llevar los Juegos a regiones abandonadas para dejar escenarios y obras, pero con estas experiencias de atrasos y fallas uno pensaría mejor en ciudades con buena infraestructura ...
“No, la idea siempre es descentralizar los Juegos, dejarles a las regiones escenarios y apoyarlas para el fomento del deporte y la detección de talentos, lo que se tiene que mirar es aprender y corregir de los errores para que no se sigan cometiendo y hacer unas Justas en tiempo y en calidad”.
¿Cuál es el legado que quiere dejarle a estos Juegos?
“Que sean unos Juegos en los que los deportistas se sientan a gusto, que las ciudades se vean beneficiadas con escenarios para fomentar el deporte y que la comunidad vibre con el desempeño de sus atletas”.
¿Qué piensa de la postulación de Urabá como sede para Juegos Nacionales?
“Antioquia y el Urabá, en especial, son la cuna del deporte nacional, de las selecciones Colombia y de la reserva deportiva, por eso la postulación de esta región es importante y, como antioqueño, lo respaldo y tenemos la ilusión de que reciba la designación”