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Solo han pasado cerca de 15 horas desde que se terminó el último partido de Roger Federer como tenista profesional y el mundo apenas está procesando el hecho de no volver a ver sobre las pistas a uno de los mejores jugadores de la historia del otrora deporte blanco.
Los fanáticos a este deporte aún miran, con los ojos llorosos, los mejores momentos del juego en el que el suizo hizo dupla con Rafael Nadal, en el que por lo menos hubo dos momentos que valdrá la pena revivir una y otra vez.
El primero fue una jugada que, para los conocedores del tema, era imposible de hacer por el grado de dificultad y precisión que implicaba, pero Federer, con la sutileza y sensibilidad que caracterizó su juego durante los 24 años que tuvo de carrera profesional, lo hizo posible.
Durante uno de los puntos del primer set, en el que el suizo y el español mostraron su mejor nivel durante todo el partido, Federer respondió una pelota que picó cerca de la malla y se abrió mucho hacia la derecha de la cancha, quedando perfecta para que él la devolviera de un raquetazo fuerte con su mano diestra. Lo hizo y la bola pasó por el pequeño espacio que hay entre la malla y el poste que la sostiene.
El “hueco” por el que pasó la bola es muy pequeño, no supera los 15 centímetros. Tanto el público que estaba en el O2 Arena de Londres, como las personas que estaban viendo el juego por televisión, quedaron sorprendidos por la belleza y dificultad de la jugada, que será recordada en la historia como uno de las últimas muestras del talento inigualable de “Su Majestad”.
El segundo momento que los seguidores del tenis y Federer revivirán en el futuro será el discurso final del suizo, en el que no solo les agradeció a sus compañeros, padres, esposa, hijos y rivales, sino que también se quebró y lloró en varios momentos. Algo bastante emotivo.
En la mañana de este sábado, cuando ya han pasado varias horas de uno de los momentos más emocionales de la historia reciente del tenis y las pulsaciones se han calmado, Roger y sus seguidores están gestionando la idea de que no volverá a estar sobre las pistas.
Él se hará consciente sentado a pocos metros de la cancha, viendo los partidos de la jornada sabatina y dominical de Laver Cup, mientras que los aficionados lo tendrán que hacer viéndolo sonreír, con la nobleza que siempre tuvo su rostro, detrás de la pantalla del televisor.
Estudiante de periodismo de la Universidad de Antioquia. Interesado en el periodismo narrativo y los deportes.