L a inspiración de Leidy para llegar al rugby en 2016 fue su hermano Alejandro Soto. Él, estudiante de la Universidad Nacional, debía escoger un deporte como materia electiva y se decidió por esta disciplina.
"Nosotros crecimos en el campo y después en un barrio complicado, eso nos forjó un carácter algo rústico, teníamos una agresividad represada y en el rugby encontramos la manera de canalizarla", dice la atleta que a los 15 años ingresó a la Escuela Popular del Deporte del barrio Castilla, en Medellín.
Mientras ella se enamoraba de esa especialidad, Colombia hacía historia al clasificar con la Selección femenina a los Olímpicos de Río ese año.
Para Leidy, eso sonaba como una película, algo lejano, imposible, pero también era el impulso para mejorar y trabajar con disciplina.
Nunca faltó a un entrenamiento. Se inscribía en todos los torneos, madrugaba a practicar todos los días y gracias a esa dedicación se fue metiendo en los procesos nacionales. Además, después el técnico Carlos Londoño la invitó a entrenar en el club que se reunía en la cancha de Castilla.
Luego de dos años le llegó la oportunidad de su vida: "Me invitaron a hacer parte de la Selección que buscaba clasificar a los Juegos Olímpicos de la Juventud. Al principio me dio miedo y les dije que no, que solo jugaba al rugby por estar en el club y en la escuelita, pero me insistieron".
Esa insistencia rompió sus temores, era el primer paso hacia su sueño: "Me decidí, saqué el pasaporte, clasificamos y llegamos a Brasil". Estar en ese país le recordaba que en 2016 sus compatriotas habían sido pioneras en unos Olímpicos. Se llenó de emoción y las lágrimas brotaron. Lo increíble se volvía posible.
De ahí en adelante empezó a ser parte del combinado patrio en todo el ciclo olímpico. "Solo me faltaron los Bolivarianos y me quedé ahí en la Selección".
Pero no solo cumplía metas en lo deportivo, en su vida personal reconoce que el rugby la hizo una mujer fuerte, decidida y segura. "Antes era penosa, cerrada e introvertida, fue un vuelco total".
También fue reconocida por sus compañeras de Selección y recibió la capitanía. "Encontré amistad, familia, gente dispuesta a ayudarte en las buenas y en las malas".
Pero llegaría el éxtasis para su carrera el pasado noviembre cuando en el Torneo Valetín Martínez, Leidy guió a la Seleción al Mundial de Sudáfrica 2022. Tucanes obtuvo 5 victorias en seis presentaciones sobre Chile (15-10), Perú (17-0), Panamá (63-0), Paraguay (10-5) y Argentina (15-14). Colombia terminó subcampeona y Leidy, una de las mejores jugadoras. Pero lo más importante fue que se alcanzó el cupo al Mundial, por primera vez. Cuando levantó el trofeo supo que había logrado algo especial, no solo para el país sino para ella, porque al principio carecía de fe en sí misma, pero ahora sabe que todo, con dedicación, esfuerzo y disciplina, se puede lograr.