Ver a Jéfferson Duque nuevamente vistiendo la camiseta de Atlético Nacional hace rememorar cada uno de los 47 festejos que logró con la institución verde entre 2012 y 2015. Pero su historia va más allá de esos éxitos. Es la de un hombre que se superó para triunfar en la vida, aunque no ha sido fácil.
Para lograrlo tuvo que pasar por las verdes y las maduras, pues afirma, que detrás de cada gol hay una historia de dolor, sanación y recuperación. “Jéfferson no fue a Europa porque allá difícilmente contratan un jugador con lesiones de rodilla, pero él hubiera estado a la altura de Falcao”, manifestó alguna vez el entrenador Juan Carlos Osorio.
Es difícil borrar los comentarios que se escuchaban después de cada lesión del goleador y el técnico lo iba a poner nuevamente en la cancha.
“¿Cómo lo van a arriesgar?”, “huyy, que no lo metan que ese se vuelve a lesionar”, “otra lesión y se le acaba la carrera”, decía la gente. Sin embargo, hoy a sus 32 años le ha alcanzado para jugar en el exterior y destacarse en equipos como el Atlas y Morelia, en México.
En Colombia debutó con el Deportivo Pereira, conjunto con el que sumó 43 partidos y anotó 18 tantos. Después fue al Rionegro, escuadra con la que acumuló 31 goles en 44 duelos, cifra que le permitió que Nacional se fijara en él.
No obstante, cuando en el club verde lo aquejaron constantemente los problemas físicos, muchos pensaron que no volvería a jugar fútbol, pero la “Fiera”, como lo bautizó la hinchada, siempre regresó y con las garras más afiladas.
No ha sido una ni dos, sino tres veces las que el goleador verdolaga ha sufrido la rotura de los ligamentos de sus rodillas (una con Pereira y dos con Nacional), pero siempre se levanta y vuelve a “rugir” con más fuerza en las redes contrarias.
Esa, la lesión más temible entre los jugadores y que ha retirado a más futbolistas de las canchas que las personas que ha jubilado el Seguro Social, no ha sido suficiente para detenerlo.
Un ejemplo de lo delicada de esta dolencia fue el momento que atravesó Radamel Falcao García cuando militó en el fútbol inglés con el Manchester United y el Chelsea (2014-2016), clubes con los que no pudo brillar debido a que todavía tenía rezagos tras dos roturas (una con River Plate y la otra con Mónaco previamente).
Las calles lo hicieron fuerte
Superar estos inconvenientes no ha sido el desafío más difícil que la vida le ha puesto por delante a Duque.
Desde pequeño fortaleció su carácter creciendo en las calles estrechas del barrio Popular 2 y pese a todas las carencias de niño se propuso ser futbolista profesional. Se alejó de los vicios y las malas compañías para salir adelante.
Adriana Patricia Montoya, su madre, fue quien más lo respaldó en ese sueño y con mucho esfuerzo lo impulsó para que él lo hiciera realidad.
Recuerda las necesidades de su familia y dice que es consciente de que hay personas en situaciones peores y hacen hasta lo imposible por salir adelante. Su gran inspiración es su hija Nicol, de 10 años de edad.
Solución de gol
No es un secreto que, desde su partida de Nacional, una de las deficiencias ha sido la definición. Únicamente Dayro Moreno (57 anotaciones) estuvo a la altura de la “Fiera” en los últimos 5 años. Juan Carlos Osorio está satisfecho de poder contar nuevamente con él. “Es un finalizador con muy buenas diagonales y desmarques de ruptura que nos darán muchas posibilidades”, dice el estratega.
Nacional es su casa
Duque agradece la positiva valoración que el técnico Osorio siempre ha hecho de él, aunque el sueño de jugar en Europa nunca lo desveló.
Hoy, que está de regreso en Atlético Nacional, disfruta el conversar con sus amigos, reunirse con su familia, respirar el aire de Medellín y entrenar en Guarne.
También está ansioso por volver a pisar la grama de la cancha del Atanasio Girardot y saltar en la tribuna con la barra Los del Sur cuando no pueda estar en algún partido.
“Si puedo terminar mi carrera acá sería un sueño más, porque este club me ha brindado todo y quiero seguir aportándole goles”, aseguró “la Fiera” cuando se despidió de Nacional en 2015.
Cuatro años después, la vida lo volvió a cruzar en el camino del equipo de sus amores después de una destacada temporada con el Independiente Santa Fe, club al que regresó después de su periplo por México, y con el que tuvo continuidad en el cierre de 2019, marcando seis anotaciones.
Siempre busca superarse
Duque estudió hasta segundo de bachillerato, pero sabe que así como en el fútbol, la vida le da muchas oportunidades y, más adelante, quiere validar y emprender una carrera universitaria.
“Siento que antes las lesiones no me permitieron darle al equipo todo lo que le puedo entregar. Ahora es el momento y, además, con la ayuda de Dios, habrá tiempo para prepararme en otros campos que me llaman la atención”.
Durante las primeras prácticas de este año en Guarne anda de verdad como una “fiera enjaulada”, se le nota en excelente condición física y aguarda por las oportunidades en las convocatorias del adiestrador para volver a ser el goleador que la fanaticada verde extraña.
Hoy viaja con el equipo a Estados Unidos para enfrentar la Florida Cup, torneo en el que Nacional encarará a dos grandes de Suramérica: Palmeiras y Corinthians, ambos de Brasil.
Sabe que compartirá la posición de número 9 con Fabián González Lasso y Gustavo Torres y que debe estar 10 puntos siempre que entre a la cancha.
Sus rodillas lucen más fuertes que nunca y desde el primer día de esta pretemporada es de los primeros que llega a Guarne para un trabajo de fortalecimiento previo a las prácticas en el Centro de Alto Rendimiento. Incluso, los médicos cuentan que esa mentalidad le ayuda mucho en el tema de la prevención.
“Estoy feliz por reencontrarme con algunos compañeros con los que estuve antes, de regresar a esta gran institución y poniéndonos a punto para lo que van a ser los torneos que enfrentemos”, le dijo a EL COLOMBIANO.
“El Centro de Alto Rendimiento ha sido un factor fundamental para los trabajos que necesita cualquier deportista. Allí tenemos todo para la recuperación y para mantenernos bien en aspectos como la fuerza, intensidad y velocidad. En fin, las herramientas para estar cien por ciento preparados”.
Dice que con la edad ha madurado y es más completo que ese futbolista que se fue de Nacional en el 2015. “Soy un hombre más maduro, más consciente, más disciplinado, completo y eficiente en las cosas que debo hacer en la cancha”.
Además resalta también el crecimiento que ha observado en Juan Carlos Osorio. “Ya he tenido la oportunidad de trabajar con él y es un hombre que impone disciplina, lo que lleva a un equipo a alcanzar cosas importantes. Ahora lo he encontrado más exigente, nota uno que ha perfeccionado todas sus capacidades y las ha sacado a flote. La idea es aprender de eso y acostumbrarnos a la idea de juego que tenga en cada partido”.
Ya no le tocará ver más los partidos de Nacional por televisión como se acostumbró a hacerlo mientras estuvo en otros clubes. “Lo hacía cada que tenía la oportunidad y algún día esperaba volver y estoy muy contento porque finalmente sucedió”.
Duque extraña también el éxito de su antiguo club, los títulos, porque a eso se acostumbró con la institución antioqueña. Su vitrina así lo muestra: 7 campeonatos (4 ligas, 2 copas Colombia y una Superliga).
“Era una costumbre ganar y estuve en muchos equipos en los que no pude lograr tantos títulos. Eso me hizo sentir incómodo muchas veces. En este regreso vamos a darlo todo para volver a esa senda triunfal”.
Y en este tema es consciente que no solo cuenta lo deportivo. “El aprendizaje que tuve en todos los aspectos, no solo en mi carrera sino también en lo cultural son factores que hacen diferencia y que importan mucho para el crecimiento personal”.
Duque regresó, la hinchada lo pide y hoy quiere ser más peligroso que nunca para sus rivales. Y está decidido a lograrlo.
“Va a ser muy emocionante, porque desde que llegué he recibido el apoyo de todos los hinchas, ese cariño incondicional que siempre me han demostrado. Estoy seguro que será un lindo regreso”