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La novela de la salida de Giovanni Moreno de Atlético Nacional tiene un detrás de cámaras que pocos conocen, una cadena de errores que terminaron en una situación que se pudo evitar. Acá les contamos detalles desconocidos que generaron la decisión que levantó ampolla en un amplio sector de la hinchada, pero en la que el club finalmente decidió defender la institucionalidad.
Un error por omisión que cambió todo
Las declaraciones que terminaron sentenciando la salida de Gio, quien en plena rueda de prensa contó que el técnico campeón (el Arriero) ganaba un sueldo muy bajo, no se habrían emitido si el presidente del club, Emilio Gutiérrez, le hubiera transmitido al técnico de Nacional, Hernán Darío Herrera, que tenía la directriz de la Junta Directiva de aumentarle el salario días antes de la final, cosa que la presidencia no le comunicó en ese momento al estratega.
Escuche en el podcast “El Arranque. Charlas de Domingo” el recuento del paso de Gio por Nacional:
Los trapos sucios se lavan en casa
Hubo un mal manejo de parte de Giovanni Moreno que, tras una pregunta de un periodista al técnico Herrera, respondió por él sin medir las consecuencias. Esos temas se hablan en privado. Además después, de boca del mismo Emilio Gutiérrez se dijo que el entrenador ganaba un salario de $5.000.000, cuando con el aumento que habían aprobado desde la Junta, este era casi 10 veces mayor a esas cifras.
Nacional todavía debe cuidar sus finanzas
Aunque nunca se reveló el salario de Giovanni, se sabía que era un jugador costoso para el club. La inversión no justificaba el gasto en términos de la cantidad de partidos que disputó y el análisis de su rendimiento deportivo, independiente de lo que pudiera aportar con su liderazgo en el grupo. Eso que en administración llaman costo-beneficio.
Igualmente, bajo la actual administración en lo corrido de este año el déficit de Nacional es de $12.000 millones, aproximadamente, cifra que se amortigua con el título y la clasificación a la Copa Libertadores de 2023.
Hay que tener en cuenta también que el club aún arrastra deudas bancarias que dejaron administraciones pasadas en las que se contrató de forma desmedida, por encima de lo que se podía, aparte de las demandas que le ganaron equipos como Cortuluá por el famoso caso del delantero Fernando Uribe.
Escuche en el podcast “El Arranque. Charlas de Domingo” la entrevista con El Arriero Hernán Darío Herrera:
No ceder a la presión de los hinchas
En Nacional entienden que sus clientes son los hinchas y en muchas ocasiones han tenido en cuenta sus peticiones, pero en caso de una determinación como la que se tomó con Giovanni Moreno, ceder a la presión significaba crear un precedente peligroso.
Si eso pasa cada vez que hay un vencimiento de contrato, ¿qué tipo de planeación deportiva puede hacer un club si los que definen las contrataciones son los hinchas? Esto podría abrir una puerta para que los jugadores le entreguen dinero a las barras y presionen sus extensiones de contrato.
El papel de los futbolistas, así como de los barristas, tiene límites y en eso ha trabajado el club en los últimos años luego de vivir momentos complejos en el pasado.
Gio dijo varias veces que debía ir a China
Antes de que se presentara toda la situación coyuntural y con la idea inicial de hacerle contrato a Gio por un año, se decidió hacerlo por seis meses porque el jugador insistía en que debía ir a China por un dinero que debía recoger allá. El club siempre respeta los contratos y si no, negocia con el futbolista partiendo de la buena fe, simplemente a Giovanni se le informó que no se le iba a hacer un nuevo contrato.
La versión de que Gio tenía que regresar a China ha sido desmentida en redes, pero nunca de manera oficial por parte del deportista, quien solo habla en ruedas de prensa o con sus periodistas amigos. La noticia de la no renovación de contrato con Nacional se conoció primero a través de los hinchas en redes sociales.
Choque entre Junta y la presidencia
Es cierto que Emilio Gutiérrez ha sido un escudero para el plantel y el cuerpo técnico de Nacional, pero eso no le da la libertad de ir en contra del mandato de una Junta Directiva que se constituye precisamente para tomar las decisiones de fondo. Un empleado tiene derecho a dar sus puntos de vista y en su caso, a tener autonomía hasta cierto punto, pero hay directrices que acatar como le tocó en esta ocasión.
Como presidente su función es la de cuidar los intereses del club y el patrimonio de los accionistas, y si no está en esa sintonía o de acuerdo con lo que sucede, ya es complejo.
Está bien amar el equipo como lo ha demostrado este dirigente, como el más fiel de los hinchas, pero hay momentos en que se deben tomar distancias y actuar conforme al cargo que se ocupa y no como un fanático más.
Premio muy gordo por ser campeones
Los futbolistas de Nacional recibieron millonarios premios de parte de la dirigencia por ser campeones y uno de los que se beneficio fue Giovanni. Fue un dinero muy importante. Cuando fueron campeones en Ibagué ya sabían que el grupo recibiría una gratificación enorme y así y todo vino la equivocación de Gio de dar las desafortunadas declaraciones.
La pregunta que detonó todo
Los periodistas también le echaron leña al fuego en el momento más inoportuno, en el que Nacional fue campeón y, precisamente fue uno de ellos que en la rueda de prensa, tras el festejo le preguntó al técnico Herrera: “¿profe, cuánto gana usted?”. Esa interrogante que fue impertinente por lo que había acabado de alcanzar el club llevó a Gio a tomar parte en el asunto y a responder por su entrenador.
No hubo reunión con el mandamás
Aunque la intención de los jugadores cuando se enteraron de que Gio Moreno no seguía en Nacional era tener una reunión con el máximo accionista, Antonio José Ardila, esa reunión nunca se presentó como dieron por hecho varios medios de comunicación. Además, la decisión final no estuvo en manos de él como todo el mundo cree. Se cree que hay alguien del club que quiere hacerle daño, que filtró de manera falsa que la última palabra la tuvo él, cuando no fue así. Fue una decisión de la Junta.
Casos en los que no fueron tan severos
En los últimos años en Nacional hubo comportamientos de indisciplina de jugadores como el panameño Roderick Miller y Gustavo Torres a los que les tuvieron mayor paciencia. Sin embargo, muchos de sus inconvenientes no se hicieron públicos y se quedaron como códigos de camerino. Lo que se quiere evitar es que estas situaciones se hagan públicas. A Ambos los alejaron de la formación titular, porque a veces no llegaban a entrenar o llegaban en condiciones que no eran las óptimas. Les enviaron personas para que los vigilaran si estaban en los entrenamientos cumpliendo con su contrato laboral.
Gio quería traer a Cardona e Ibargüen
Aunque Giovanni Moreno estaba haciendo contactos para que Edwin Cardona y Andrés Ibargüen pudiera regresar al club, esto no cayó bien en las directivas, porque esa no era una labor que debía ejercer un jugador, como tampoco gustó la injerencia que podía tener en el cuerpo técnico. Muchas veces se le vio en el banco casi en el papel de entrenador. En este caso es pertinente la frase del presidente del Barcelona, Joan Laporta, al diario AS de España, referida al principio de autoridad: “A los futbolistas no hay que protegerlos tanto para dejar que se conviertan en los amos ni tampoco desprotegerlos para que sea jauja, hay que encontrar un equilibrio. Si los jugadores viven el club y lo aman, son los primeros en ayudar. Hay que tener clara la línea de mando”.