Hay quienes creen en el destino, hay otros que le confían todo a la divina providencia, pero la historia del último refuerzo de Nacional, Alex Castro, está como para contarla en el cine.
Corría el año 2012 y Alex, con 18 años de edad, jugaba en las inferiores de Atlético Nacional, soñaba con debutar como profesional y veía como sus compañeros Víctor Cantillo, Daniel Galindo, Pedro Osorio, Joao Hinestroza, Arley Rodríguez, Marcelo Londoño, Julián Franco, Rodín Quiñones y Alfonso López recibían la oportunidad.
Pacientemente seguía esperando su turno, pero un convenio entre el club verde y Alianza Petrolera lo alejó de su objetivo. Álex se iría a jugar al conjunto de Barrancabermeja junto con Andrés Rentería, Deiby Balanta, Felipe Aguilar, Felipe Álvarez, Juan Pablo Nieto, y Cristhian Palomeque, entre otros.
No era la primera vez que sufría una decepción, porque antes de llegar a Nacional le había sucedido con Tolima.
El habilidoso jugador se formó de niño en el club Palmazul de Medellín y él mismo cuenta cómo fue esa historia.
“El dueño nos dijo que había la oportunidad de llevar a seis jugadores al Tolima a probarse con la sub-20 y todos queríamos ir. Se llegó el día empacamos las cosas, nos fuimos en bus y llegamos a Ibagué, empezaron los entrenamientos, el “Tucho” Ortíz era el técnico de esa categoría y Jorge Luis Bernal del equipo profesional. Duramos toda una semana y volvimos a Medellín, después nos llamaron y dijeron que querían contar con nosotros pero el dueño de Palmazul no llegó a un acuerdo con ellos”.
Sin embargo, más adelante Castro también tendría revancha con ese club.
Callado llegó a Alianza Petrolera y, por esas cosas del destino, precisamente la hora del debut profesional le tocó el 17 de octubre de 2013 ante Atlético Nacional.
Guillermo “El Teacher” Berrío fue el entrenador que lo puso a debutar y recuerda con cariño aquella época.
“Alex era distinto a los demás, veloz, hábil, vivo a la hora de encarar a los rivales, pero lo que más me llamó la atención era su perseverancia, porque yo conocía su historia y sabía que ni Nacional ni tolima habían querido contar con él. Afortunadamente no me equivoqué y hoy es un jugador cotizado”.
Gracias a sus actuaciones con el conjunto petrolero, el Cali fijó la mira en él y en 2017 llegó a la institución azucarera. Era su primer equipo grande y tenía la convicción de dejar huella, pero además la vida le sonreía también en el amor. Conoció a Paula Cruz, una abogada que se robaría su corazón. Eso le hizo enfocarse aún más en su carrera.
Después de brillantes actuaciones en media temporada, el Cali decidió prestarlo nuevamente a Alianza Petrolera, pero ya como lo había hecho anteriormente, sabía que con su fútbol volvería a alcanzar protagonismo en clubes más importantes. Fue así que le llegó la revancha en el Deportes Tolima.
Tolima logró que lo cedieran con una opción de compra y fue allí, donde a punta de gambetas y goles se mostró. El 2019 fue un año maravilloso que además le trajo el nacimiento de su primogénita, Pamela.
Fue en ese momento cuando no sólo Nacional, sino también Medellín y otros clubes grandes se fijaron en él.
Sin embargo antes, Alex quería probar suerte en el exterior y fue cuando apareció en el horizone el Cruz Azul de México.
Empacó sus maletas y arrancó para el país manito, pero se topó en su camino con el entrenador Robert Siboldi. El uruguayo poco contó con él y prácticamente lo borró del plantel. En medio de su difícil situación profesional y la pandemia llegó su segunda hija, Elena sofía. Con ella también llegaron las buenas noticias y por fin hubo un acuerdo para que regresara a Atlético Nacional, club con el que tenía el sueño de jugar a nivel profesional. Hoy sus caminos se cruzan nuevamente, y él tiene un mensaje especial para la hinchada. “Estoy muy contento de estar acá en casa, les mando un saludo a todos los verdolagas y llego con mucha ilusión de entregar lo mejor de mi”