Entre Nacional y Medellín suman 48 clasificaciones a cuadrangulares y fases de eliminación directa.
Además acumulan en total 22 finales disputadas y 13 títulos. Todo esto por torneos cortos, desde 2001.
Pero esa suficiencia de otros días, en los que estaban en juego en el clásico el liderato o el paso a una instancia definitiva, no tiene nada que ver con el partido de esta noche, un choque a la desesperada por ver cuál entra a los ocho y cuál queda tan irreparablemente herido, que aún con posibilidad matemática, le es muy difícil seguir en la disputa por el título.
Descontando el clásico anterior hay que remontarse hasta el Apertura 2012 para encontrar un duelo antioqueño con ambos elencos por fuera de los ocho. Eso da cuenta del atípico panorama de este juego, y de la realidad inocultable que comparten: un presente impropio a su historia.
De todas formas, esto no quita que los ocho primeros de la tabla hasta este momento miren de reojo el encuentro en el Atanasio Girardot porque lo cierto es que si hay ganador, este no solo ingresará al selecto grupo de clasificados a falta de tres jornadas, sino que saldrá seguramente fortalecido mentalmente y convertido en un verdadero peligro para los demás aspirantes a quedarse con el trofeo.
De frente y sin misterios
Paulo Autuori dio cátedra ayer en rueda de prensa de cómo asumir sin intrigas innecesarias las dudas y coyunturas que debió afrontar su equipo antes del duelo ante Medellín.
El brasileño evitó lamentarse por la pérdida de jugadores claves, defendió a su plantel, elogió a Germán Cano y ratificó su fe en este proceso.
“Perdimos ante Rionegro, perdimos a (Hernán) Barcos, perdimos a (Brayan) Rovira; no pasa nada, no hay que lamentarnos, hay que trabajar y que los jugadores salgan con coraje, con confianza y certeza de lo que tienen que hacer”, proclamó el brasileño, quien eligió a Nicolás Hernández como jugador habilitado por Carlos Cuesta, presente con la Selección sub-20.
Su decisión se basó en un razonamiento coherente, pues aunque habilitar a Hernán Barcos le da realce al ataque, de nada le serviría presentar hoy una defensa completamente improvisada.
Aún reconociendo las críticas de la afición hacia jugadores como Aldo Leao Ramírez y José Fernando Cuadrado, Autuori les dio su voto de confianza y en víspera del resolutivo encuentro renovó su compromiso con la institución verde: “Voy hasta la muerte con este proyecto”.
En Medellín también mostraron convicción por la forma en la que van asumir su choque ante los verdes, respetando lo que han venido haciendo con Ricardo Calle y Leny Maturana desde la conducción técnica.
“Independientemente de que sea Nacional nuestra consigna es la presión alta. Lo que les pasó a ellos contra Rionegro no es una medida para nosotros. Indiferente de cualquier cosa vamos a salir a proponer, buscar y presionar, eso está claro”, aseguró Leny.
Ojalá, para beneficio de ambos hinchas presentes en las tribunas, los equipos logren plasmar esa convicción en el terreno de juego y el resultado, más allá del ganador, sea un encuentro de gran factura, que haga olvidar, al menos durante 90 minutos, las penurias que han vivido los aficionados por cuenta de las equivocaciones dirigenciales, los infortunios institucionales, los yerros de los técnicos y las deudas de los jugadores en lo individual y colectivo en varios tramos del torneo.
Eso sí, tomando prestado un estribillo que alude al derbi caleño, “aquí no se puede empatar” porque la paridad dejaría abierta la puerta para que la ciudad se quede sin finales. Eso sería inexcusable.
299
clásicos por primera división: Nacional ganó 121, DIM 84 e igualaron 94 veces.
10
antioqueños, sumando convocados de ambos bandos, podrían jugar hoy.
