Con la camisa azul oscura, abotonada hasta arriba, David Bisbal recuerda entre risas, en medio de una videollamada y desde el estudio que tiene ubicado en su casa, en Madrid, España, las primeras conversaciones que tuvo con el paisa Sebastián Yatra cuando este llegaba con la camisa desabotonada hasta “el ombligo”.
“Ni te pienses –le decía yo– que eso te lo has inventado tú, y él se partía de risa. Y yo le enseñé mis primeros videos, en 2005, cuando yo lo hacía. Yo creo que tenía un botón roto que se me salía siempre”.
Esos recuerdos llegan hoy a sus 41 años cuando ha consolidado una carrera artística no solo en su natal España, sino también en América Latina.
Un alumno eterno
David Bisbal es además uno de los artistas que más colaboraciones hace con sus colegas. Al hablar de Yatra llegan muchos otros nombres: “Yo empecé muy pronto en esto de las colaboraciones y no todas se han grabado en estudio, también a nivel de conciertos, he hecho programas de TV en los que he podido cantar con algunos compañeros y de todas se aprende un montón, tanto si son experimentados como Raphael, Juan Gabriel, José José como quienes están arrancando”.
¿Cuál es la clave? Dice que es importante saber elegir, “tiene que haber una química especial para que no se quede solo en la canción, sino que haya una historia que contar”.
Justamente acaba de lanzar Vuelve, vuelve con la juvenil Danna Paola, una canción que hicieron juntos y en la que no solo hablan del amor en pareja, “creíamos que la gente podía verse reflejada entre hermanos, abuelos que hace mucho tiempo no se ven o los padres y amigos”.
Bisbal asegura que gracias a este trabajo compartido se formó como cantante. “Yo siento que de cada artista aprendo mucho y tengo la suerte de ser mejor gracias a todos ellos”.
Cuenta que cada tiempo que ha tenido su carrera ha llegado con un aprendizaje completamente diferente. “Dentro del pop hemos pasado por sonidos tropicales y latinos, el rock por allá en 2008, vino luego una parte acústica para mí en la que pude descubrir rincones de mi voz que desconocía, pero me hicieron aprender y así”.
La pandemia lo ha tenido más en casa, pero no ha dejado de crear: “Lo que ha parado es que no hemos podido dar conciertos, pero sí creo que nos hemos unido más, incluso a los seguidores”.
No ve la hora de volver a pisar un escenario. Para estar bien físicamente y soportar esa descarga de energía que tienen sus shows se prepara montando en bicicleta, es amigo de Óscar Sevilla del Team Medellín y cada que puede se da una rodada en grupo.
Concluye que Latinoamérica y Colombia han sido pilares de su carrera y que, aunque la música es su trabajo y la ama, lo primero es y será su familia, a la que siempre le dice: Vuelve, vuelve