En octubre de 1993 vino Maná a presentarse por primera vez en la ciudad. El concierto fue en el antiguo coliseo Iván de Bedout y la banda llegaba con su álbum ¿Dónde jugarán los niños? bajo el brazo.
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Han pasado 29 años de ese espectáculo en el que se escucharon en vivo canciones como De pies a cabeza, Oye mi amor, La chula, Como te deseo, Vivir sin aire, Como diablos y Me vale, melodías que aún hoy el público de Medellín canta, baila y entona a grito herido en rumbas y encuentros con amigos. Hay que añadir más temas que se lanzaron posteriormente de discos como Cuando los ángeles lloran, Sueños líquidos, Drama y luz o Cama incendiada.
Esos éxitos de la discografía de Maná, canciones que han sido éxito en Medellín, serán los que se escucharán este viernes en el Estadio Atanasio Girardot, en un concierto que la banda mexicana esperaba traer a la ciudad.
Desde 2021 Maná comenzó con estos espectáculos en una residencia en Los Ángeles. Sergio Vallín, guitarrista y corista de la banda, le contó a EL COLOMBIANO que paralelamente se abrieron fechas en México y otros lugares como Colombia y Puerto Rico.
Vallín cuenta que toda la banda está muy feliz de volver. “A Colombia lo llevamos en el corazón, pero especialmente a Medellín, hay un sabor muy especial porque el papá de Alex (el baterista) es colombiano”. Específicamente de Medellín, del barrio La América, contó Alex esa primera vez que vino en el 93.
¿Por qué gustan tanto?
Joaquín Pérez Ramírez, locutor y productor de radio y actualmente promotor y manager de artistas, explica que aunque Maná es una banda de rock no son exclusivamente rockeros, “han trabajado reggae, baladas, tienen un cuento ecológico muy bonito, las canciones como Me vale suenan en todos los eventos, son un grupo masivo, multigeneracional, buenos músicos, manejan una muy buena energía y todo lo que han cosechado es fruto de una carrera seria”. Maná les gusta a los jóvenes y a sus padres, y además quien los oye no tiene que ser rockero.
Otra de las razones es que por más que pase el tiempo, la banda no pierde su esencia. Vallín explicó que mucho tiene que ver Fher Olvera, su reconocido vocalista. Fher es el letrista del grupo, quien escribe casi todos los temas y “él siempre ha cuidado mucho el lenguaje, la forma de decir las cosas. Maná ha llegado al público con mucho amor, respeto y poesía, Fher ha escrito obras maravillosas, influenciadas por literatos como García Márquez, Mario Benedetti y grandes escritores mexicanos”.
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Un tercer punto tiene que ver con la estabilidad del grupo. Han permanecido juntos por cerca de 30 años: “En los matrimonios está el hombre, la mujer y la relación como tal en medio, entonces cuando uno de los dos tira para su lado el matrimonio se afecta, y con los grupos de música es igual, los cuatro integrantes de Maná hacemos lo que consideramos que es mejor y le conviene a Maná, y esa ha sido la clave. Además seguimos profundamente enamorados de lo que hacemos, de la música”.
Sobre el concierto
La agrupación trae para su concierto esta noche una producción gigantesca en iluminación y sonido. “Llevamos toda la leña para el asador”, dice Vallín, quien agrega que la idea es que tanto quien esté adelante como el que esté más lejos escuche y vea bien.
En cuanto al set list harán un repaso por la historia del grupo, un viaje por la discografía de Maná, “nos hemos divertido mucho haciéndolo”, contó el guitarrista.
Maná se emociona cuando ve a la gente feliz en los conciertos coreando tantos éxitos. “A mí siempre me gusta de los primeros discos canciones como Rayando el sol, Vivir sin aire, En el muelle de San Blas, Me vale”, cuenta el guitarrista que espera que la gente vibre esta noche con esas y más melodías que traerán en vivo.
El grupo ya perdió la cuenta de cuántas veces ha venido a Medellín a presentarse, lo que nunca han olvidado es esa comunión con el público, esa conexión que ha perdurado con los años y que hace que aún estén vigentes.