La Gata, la Muñeca Brava, la voz femenina que sedujo a Roberto Goyeneche, a quien no le gustaban las mujeres en el tango, estará interpretando su nuevo trabajo junto a sus grandes éxitos, acompañada de piano, bandoneón y guitarra. Con la potencia de su voz, Varela habló sobre tango, rock y política.
Aunque usted interpreta tangos clásicos, los renueva, ¿cómo lo logra?
“Yo creo que es la forma de cantar o el estilo, cuando uno tiene un estilo propio parece renovado. Es muy importante que el poeta esté reivindicadísimo en la reinterpretación, tal vez eso sea lo que me caracteriza. Gustavo Santaolalla me dice, vos tenés el rock en la sangre, no lo disimulés. Y yo tengo una actitud roquera para interpretar el tango que a veces es muy solemne. Si me has visto, sabés de qué hablo”.
¿Qué toman los tangos de esa actitud roquera?
“Mi actitud roquera, que no es poco, porque mis orígenes y mi generación es del rock. ‘Vos cantás como hablás —me decía el Polaco Goyeneche—, por eso te creen’. Y yo soy sincera, no impongo mi voz”.
¿Cómo eliges los tangos a interpretar y los que no?
“Uno no me gusta, y se lo dije a Mariano Mores (quien le hizo la música). Le dije, no me gusta Uno. A Cadícamo le dije que Nostalgias no me gustaba, y me respondió ‘y ves, los peores son los más famosos’, el mismo autor. Los que canto son los que me gustan, no racionalmente, sino que los siento. Si no siento una canción, la que sea, no puedo cantarla”.
El tango inicialmente identificaba a los marginados, pero ahora es cada vez más popular, ¿qué ha cambiado?
“El tango lo elige la gente, no se lo impone nadie, no es lo que suena y está abrochado con emisoras o discográficas. En Argentina me impresiona la gente joven que está haciendo tango, y eso también pasa en Medellín. Es maravilloso, porque significa que los chicos no niegan sus raíces”.
Sobre los jóvenes, también están con un subgénero como el tango electrónico...
“Yo fui una de las primeras que participó con Bajo Fondo cantando El perfume, y me parece bien, pero creo que es otro cuento. Hay gente que es más... sencillamente tanguera, que solo quiere escuchar el sonido real del tango”.
Viene con un trío, ¿volvería
a cantar con una orquesta típica?
“No, con una orquesta típica es muy difícil girar, no lo haría. Grabar es una cosa, girar otra. David Bowie, que siempre fue un adelantado, yo lo amo, decía que la música iba a ser cada vez más acústica. También dijo en los 80 que el negocio iba a ser en vivo, no en disco. Tenía razón”.
Ese rock siempre la ha acompañado. ¿Escucha tango?
“No, no escucho tango, yo canto tango. No escucho tango, porque sería como enviciarme y no quiero agotar mi oreja con lo que voy a hacer. Escucho Prince, y lo lloré porque no creía que se había muerto; escucho a Luis Alberto Spinetta, mi amigo; escucho de todo, pero tango, poco”.
Una de las características de Adriana es la política, sin entrar en particularidades...
“Sí, sí, entremos. La política me gusta porque me gusta la justicia social. No me gusta ser política, sino pensar en ello porque lo traigo de mi casa. Ahora hago parte de la oposición y estoy preocupada por la xenofobia, es muy triste lo que pasa acá con colombianos, bolivianos. Aunque estamos luchando los kirchneristas y los peronistas, que estamos acostumbrados a abrir los brazos. Entonces, bueno, eso es solo un poquitito. A propósito, me encantó lo que hizo Santos de decidir que se decreta la paz, basta de locura”.
¿Por qué La Gata?
“Son libres, no tienen dueño, y les gusta estar en los almohadones, igual que a mi”..