El título del más reciente montaje de Teatro Tierra (Bogotá) y Casa del Teatro (Medellín) recuerda la tragedia ambiental vivida a mediados de los cincuenta en la ciudad japonesa de Minamata. Los habitantes de esta zona costera sufrieron alteraciones neurológicas graves ocasionadas por el consumo de alimentos contaminados con mercurio.
El mundo conoció este caso gracias a las fotografías del estadounidense Eugene Smith. Tanto impacto tuvo la historia que la vida de Smith fue llevada a la pantalla grande en una película protagonizada por Johnny Depp.
Además de este elemento de denuncia ambiental, la obra –que cuenta con la dirección de Juan Carlos Moyano y que será estrenada el 3 de octubre a las ocho de la noche en el Teatro Pablo Tobón Uribe– tiene el interés de haber sido una de las últimas dramaturgias escritas por el maestro antioqueño Gilberto Martínez Arango, fallecido en los primeros días de 2017.
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Para dar una idea de la importancia que tiene la obra de Martínez Arango para el teatro colombiano, Moyano acude a una comparación. Dice: “lo que hicieron Santiago García y Enrique Buenaventura en Bogotá y Cali, respectivamente, lo hizo Gilberto Martínez en Medellín”. ¿Y qué fue eso que hicieron? Nada más y nada menos que la creación de un circuito de investigación y creación teatral. Martínez fue el creador de la Escuela Municipal de Teatro y de la Casa del Teatro de Medelín, que hoy tiene su sede en el barrio Boston.