Hasta el stand de Sílaba Editores durante tres días seguidos, en la Fiesta del Libro, llegó un hombre que sin hablar palabra le entregaba a los libreros una tarjeta con el nombre de un libro sobre tauromaquia.
Tras decirle que no lo tenían, el hombre salía sin decir nada. Al día siguiente regresaba con la misma tarjeta y se repetía la rutina.
Marta Peláez, una de las libreras de Sílaba, dice que nunca supieron si el señor era sordo o mudo, porque nunca modulo palabra. Ella intuye que la nota se la habían escrita en la librería Palinuro y que el hombre consiguió el libro por fin o desistió de su interés, porque no volvió.
Allí, al mismo stand, llegó una mujer, recuerda Marta, que decía tener un dolor muy profundo y quería el libro de Juan Mosquera, “ Estaba en llamas cuando me acosté dolía”, porque sabía que dolía y lo quería, pese que solo tenía 30.000 pesos y valía 45.000 pesos. “Al final, se lo terminamos regalando”, dice la librera.
Las adolescentes brillaron
Historias como las que relatan en Sílaba Editores se repitieron en cada uno de los puntos de venta de la Fiesta del libro y la cultura, que terminó ayer en el Jardín Botánico.
Yuliana Buitrago, de Editorial sin frontera, de Bogotá, destaca el boom de las sagas juveniles y el fervor que produce, en especial, entre las niñas.
El rey de las emociones, llantos y gritos fue “Damian, un secreto oscuro y perverso”, el libro más buscado y vendido en este lugar
“A las niñas les encanta, lloran y se emocionan, es una novela de suspenso con un final inesperado, muchas le lloraban a la mamá para que lo compraran, hacían lo imposible para conseguirlo”, relata la librera Buitrago.
Otro libro que causó furor y escenas de emoción fue “Crueles instintos”.
“Las sagas juveniles son chéveres porque atraen a las nuevas generaciones a la literatura”, destacan desde Editorial sin frontera.
Cómics y más
La fiebre no solo fue por los libros, sino que hasta el Jardín Botánico, durante las dos semanas de Fiesta, llegaron los fanáticos de los cómics buscando una edición especial o un número que les faltaba en su colección.
Así lo evidencia Andrés Bermúdez, de Colombiana de literatura, que recuerda a un joven que todos los días que llegaba a preguntar por “Batman: The Long Halloween” (Un largo de Halloween).
Su persistencia fue tal que este domingo fue el primer cliente en llegar al stand.
“Él tiene nuestros datos y quedamos en ayudarlo a conseguirlo, porque en la Fiesta no estaba”, dice Bermúdez, que también destaca la pasión de las adolescentes. “Se saben todos los títulos y los autores”.
Desde Librería Te Creo, Edwin Rincón cuenta cómo muchos lectores llegaban con la foto en el celular del libro que buscaban y su reacción de desagrado cuando les decían que no le tenían, “ni las gracias daban”. En cambio, cuando la respuesta era positiva exteriorizaban la alegría.
En Te Creo lo más buscado fue “Ese dolor no es mío”, de Mark Wolynn, al igual que “Leer es resistir”, de Mario Mendoza.
La Fiesta no solo deja un balance positivos en visitas y ventas, sino muchas historias alrededor del mundo de los libros