El amor es un largo entrenamiento. Una ascesis que comienza en la infancia, con los padres —esos sustitutos de dios— y se prolonga en los amantes —esos sustitutos de los padres—. Del deseo y de las relaciones con los padres trata la novela Lo llamaré amor, la primera del editor Pedro Lemus. Para la gente de la burbuja literaria de Twitter —ahora X— el nombre de Pedro está asociado con los horóscopos que publicaba en su cuenta de esa red social. De eso también trata este relato: de la búsqueda de sentido en el humor y en el camino de los astros.
EL COLOMBIANO conversó con Pedro sobre su novela y sus búsquedas estéticas.
Usted es editor, ¿cómo le fue en el proceso de ser un autor?
“Cuando comencé a escribir la novela ya era editor en Laguna. Creo que comencé a escribirla hace tres años. Las experiencias del editor y del escritor son muy distintas, pero por momentos se complementan. Me explico, creo que mientras escribí el libro trataba de tener cierta mirada que suelo tener con los textos de otras personas, con los textos que edito. Luego leyó la novela Salomé Cohen, editora de Random.
Mi parte de editor estuvo muy activa durante el proceso de escritura”.
Lea más: La Costa Nostra, el libro que desnuda la cuestionada fuerza electoral del clan Char
Por la primera persona y por algunas señales uno asumiría que en el libro hay un fuerte sustrato autobiográfico...
“Escribo desde el yo, el personaje además tiene mi nombre y muchas de las cosas que suceden en el libro están inspiradas en cosas que he vivido. Pero, al escribirlas hay una elaboración desde la ficción, una elaboración literaria, si se quiere. Desde el momento mismo de la escritura, ya hay una separación de eso que se llama autobiográfico.
Mi intención en todo caso fue relacionar, a nivel literario, esos episodios. No tuve la intención de contar mi vida, sino que estos episodios de mi vida tienen cierta relación y hablan de ciertos temas que me interesan. Son temas que me interesan también como lector. Entonces, ya en algún momento dejó de tratarse de qué era lo que había vivido yo y se trató de qué era lo que necesitaba el texto”.