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La melodía de una flauta de pan resuena por las calles de Pasto durante la celebración del Carnaval de Negros y Blancos. La misma es imitada por saxofonistas y clarinetistas de las murgas, listas para acompañar el día magno: el 6 de enero volvieron las carrozas a las calles y también “la guaneña”, esa canción que solo puede conectar con el departamento de Nariño.
Mejor que en 2021
Las gigantes obras de arte –más de cien– no desfilaron esta vez por las calles de la “ciudad sorpresa”. Con la pandemia llegó la decisión de exhibirlas en el denominado “Paseo del Carnaval”, pero también la posibilidad de verlas durante más tiempo, hasta el próximo 10 de enero.
“El año que pasó para nosotros fue muy duro. Deprimente la verdad. Porque el taller es nuestra familia, es el escape de la realidad”, explicó Michael Paz, un artista de 30 años que ha posicionado sus obras desde hace seis, ocupando los primeros lugares en distintas categorías.
Paz se refiere a que en el 2021 el carnaval se realizó de manera virtual. La creación de los artistas solo pudo ser apreciada a través de pantallas, así como las presentaciones de las comparsas que también hacen parte de esta celebración.
Su obra para el 2022 fue nombrada “Latinoamérica” y se inspiró en la famosa frase de Eduardo Galeano que cita: “Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: ‘Cierren los ojos y recen’. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia”.
Cada parte de esta gran carroza busca representar al pueblo originario de América Latina y convertirse en un homenaje a “todo lo que somos, a toda la cultura, el color, porque hay cosas que solo las encontramos aquí, en nuestra región”, explica Paz.
Han pasado 95 años desde que se organizó el primer carnaval oficial y la búsqueda de Michael Paz con su carroza es la misma que se ha heredado, año tras año, en una celebración considerada un juego diario por los habitantes de esta ciudad ubicada al suroccidente de Colombia
Sueño con un mundo que dimensione el valor de la palabra de los niños y las niñas. Creo en el periodismo que apuesta por un enfoque diferencial.