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Alfombra tülü se teje con pelos del mundo

Pierre Redon exhibe su obra y da un concierto con el Ensamble Tülü en el Cementerio San Pedro.

  • Pierre Redon colgó alfombra y tela con la escritura de la melodía en la galería. FOTO Julio césar Herrera
    Pierre Redon colgó alfombra y tela con la escritura de la melodía en la galería. FOTO Julio césar Herrera
09 de febrero de 2017
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En la galería Los Dolores del Museo Cementerio San Pedro penden capas como las que usan los pastores nómadas turcos, hechas de lana de oveja. Las están cubriendo de pelo humano.

Se nota que son mechones de cabello de distintas personas. Unos negros, otros castaños, otros rubios; unos ensortijados, otros lacios, otros ondulados. Hay uno tan largo y negro, que su donante debe estar todavía elaborando el duelo por su pérdida, a pesar de haber sido voluntaria. Dos son trenzas, una alemana y otra colombiana, que conservan la banda elástica que las sujetaba en la punta para evitar que fueran juguetes del viento cuando eran parte de una cabellera.

Estas capas hacen parte de la exposición Tülü, tejiendo la memoria en una alfombra, del artista francés Pierre Redon, que hoy presenta este artista rodeado de sepulturas.

Esta galería, Los Dolores, situada en el extremo suroriental del Cementerio, no tiene bóvedas en la planta baja, donde está la muestra, pero la pared blanca tiene las cuadrículas de cuando las tuvo, como una memoria visual de antiguos moradores.

Pastores y chamanes

Digámoslo de una vez: si en el arte actual (a veces) lo seduce a uno más el discurso del artista, el cuento que rodea la pieza material, que la obra misma, en este caso ambos asuntos, discurso y obra, son caras encantadoras de la misma esencia.

“Anteriormente —cuenta Pierre—, los chamanes de muchas partes del mundo utilizaban pelos de animal aplicados sobre sus trajes, para hacer sus rituales. Con ellos conseguían transformarse en ese animal del que tomaron los pelos”.

En África y en el Amazonas colombiano, en visitas recientes, aprendió al respecto.

En la pared que ya no tiene bóvedas pero las recuerda, Pierre colgó una alfombra tülü —palabra también de origen turco que designa una clase de tapices—, hecha a mano con pelos de animales anudados a la urdimbre hecha de lana natural. Con esa alfombra, él quiere mostrar la idea original de su creación. Según estudios antropológicos, esa alfombra y los colores que usa simbolizan la linfa, la sangre, la carne y el cuerpo.

A partir de ahí, este artista, que tiene formación principal como músico, escribió una melodía, no con el lenguaje del pentagrama y notas musicales, sino con otro que desarrolló él mismo, acudiendo a figuras que hacen pensar un poco en los jeroglíficos. Tal vez uno alcanza a distinguir espermatozoides en su nado.

“Porque son sonidos que no se pueden escribir con el lenguaje musical convencional —explica Pierre—. Por eso desarrollé otro lenguaje”.

La melodía tiene cuatro movimientos: Linfa, Sangre, Carne y Cuerpo. Para su ejecución usa instrumentos étnicos, violas, contrabajos... Y es interpretada por seis músicos.

“Es un viaje al interior del cuerpo”, dice.

Un proyecto mundial

Sin embargo, esta es una obra artística de realización lenta. Lleva cinco años desde el momento en que visitó Turquía, conoció a los pastores nómadas, sus chaquetas de lana, las alfombras tülü y tuvo la idea.

Ha recogido mechones en distintas partes. En Europa, África, Asia y América. Ya recogió en Bogotá —de allá es la trenza—. Está recolectando en Medellín —hoy, mañana y el sábado, pedirá mechones a los asistentes a las exhibiciones visuales y musicales— y seguirá rodando por el mundo, buscando más pelo. Tal vez pos unos 15 años más.

¿Por qué pelo? La idea de las alfombras y esa otra de los chamanes en trance, que procuran convertirse en animal o adquirir sus características, son ya razones para contestar esta pregunta. Pierre añade que el pelo tiene que ver también con los temas del nacimiento y el crecimiento.

“Los cabellos registran la memoria, los efectos de la relación que los individuos mantienen, a través del cuerpo, con su medio ambiente y su pasado. Son expresión de la vitalidad y de la edad de cada persona además guardan la herencia de los antepasados”.

Ya ha exhibido este proceso, seguramente menos peludo, en el Centro de Arte Contemporáneo y del Paisaje de Vassivière y en la Cita Internacional de Arte Textil y la Tapicería de Aubusson y ha realizado una residencia en la Fundación La Borie.

Su intención es recoger tantos mechones y anudarlos en las siete capas, de modo que le alcance para representar mapas de los siete continentes.

Esos mapas no irán sobre las capas de pastores. Estas quedarán desnudas nuevamente. Los mechones formarán los mapas en una alfombra tülü, con las mismas técnicas de urdimbre y tejido.

“En la gira mundial, que las personas hagan dibujos”.

En síntesis, lo que expone Pierre Redon en su muestra visual y sonora es un proyecto. No una idea consumada. Y como él dice, una idea que si bien es suya, se hace realidad en una construcción colectiva.

¿Qué va a hacer con las capas, una vez queden desprovistas de pelo? “No he pensado en eso. Lo cierto es que siempre quedarán como parte de la obra”.

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