Ante una crisis, el papel de los inventores florece. Cuando se apagan las luces de las casas, ellos están ahí, dándole forma a las ideas y pensando en cómo ayudar. Le pasa a Juan David Ripoll Sepúlveda, quien ya tiene varios productos y prototipos criollos que ingenió haciendo uso de su capital y el apoyo de la ingeniera en salud ocupacional Paola Catalina Montoya.
Uno de ellos es un robot ecológico que esteriliza espacios o ambientes para eliminar virus, incluyendo al nuevo coronavirus. El autómata facilita realizar tratamientos rápidos y efectivos sin el contacto de personas durante la desinfección. En 2 minutos inhibe más del 99.9 % de las partículas virales infecciosas, confirmaron los análisis del grupo de Inmunovirología de la Facultad de Medicina de la U. de A. Esto en un espacio de 30 metros cúbicos. La universidad le dio el certificado que avala su acción frente al nuevo coronavirus la semana pasada.
Basado en los conocimientos adquiridos en su pasantía doctoral en la Universidad de Ciencia y Tecnología del Rey Abdullah en Arabia Saudita, el investigador guajiro se especializó en técnicas de análisis con láser y ultravioleta, lo que lo llevó a modificar química y electrónicamente un robot que funciona con energía solar para que emita una luz ultravioleta de longitud de onda óptima que inactiva el coronavirus Sars-Cov-2 que está en Colombia. Esta tecnología tiene la ventaja de no utilizar sustancias químicas ni dejar efectos residuales, desinfectando objetos y elementos de protección personal y en general de cualquier superficie.
A través de un control remoto o un celular se le dan instrucciones al robot, que tiene unos 160 centímetros de altura, para que, sin la presencia de humanos, ruede por el espacio girando e irradiando las ondas electromagnéticas que desarman al Sars-Cov-2. Uno de los modelos incluso tiene sensores.
Ripoll recuerda que la luz ultravioleta es un tipo de luz solar que debe ser manejada por personal calificado y no se debe usar en el cuerpo humano, lo dañaría.
El equipo es de bajo costo. El prototipo va ha ser donado a hospitales en la Guajira y Antioquia (al municipio de Valdivia), otro se venderá a la universidad en la que hizo su estancia doctoral y será recibido por el profesor nigeriano Adamu Alfazazi, como él mismo lo confirmó vía medios electrónicos, para replicarlo en Arabia Saudita. El costo de ese prototipo de robot ecológico está entre 15 y 30 millones de pesos. En el mercado internacional un dispositivo no robótico similar cuesta cerca de 12.000 a 20.000 dólares (entre unos 40.000.000 y 80.000.000 de pesos), según cotización de la empresa Atlantic Ultraviolet Corporation de Estados Unidos.
También Alfonso Chava, dueño de varios Airbnb en Las Vegas, confirmó a este periódico que el desarrollo ecológico de Ripoll pronto va ha ser recibido por él en Estados Unidos.