No son días fáciles para la educación en el mundo. Como una medida de prevención para evitar más contagios del coronavirus, las escuelas han cerrado sus puertas y pasaron sus modelos de formación al ámbito digital en 194 países, en los que 1,6 millones de estudiantes han visto afectado su proceso educativo por este cambio de planes, según indicó la Unesco.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), publicó ayer su informe anual sobre la situación de la educación en el mundo que en este 2020 tiene un componente sin precedentes: formar en tiempos de pandemia, cuando los alumnos están en casa y muchas veces no cuentan con la conectividad ni los dispositivos necesarios para tomar sus lecciones.
El informe constituye el primer panorama global en cifras de cómo se deterioró el sistema en los últimos meses. Para la Unesco, “el mundo se encuentra en medio del trastorno más inaudito de la historia de la educación”. La crisis del coronavirus, dice la organización, exacerbó las desigualdades que ya estaban presentes en los sistemas de formación, y es una “amenaza” para poder conseguir las metas mundiales en este ámbito, que están plasmadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Desde antes, la Unesco tenía identificados asuntos que excluían a niños y jóvenes de las escuelas, impidiéndoles continuar con su formación o generando vacíos en esta como la pobreza, la discapacidad o el origen étnico de ciertos alumnos. Pues bien, el coronavirus agregó un factor más de exclusión asociado con la accesibilidad a las oportunidades del aprendizaje a distancia.
Básicamente, es una cuestión de medios para continuar con el proceso educativo. Lo que hicieron los sistemas de educación fue intentar llevar las clases presenciales al ámbito digital, pero esto es un obstáculo dado que hay personas que no cuentan con internet en sus hogares o dispositivos para poderse conectar.
Por ejemplo, en un país desarrollado y de altos ingresos como Francia, el 8 % de los alumnos perdieron contacto con sus profesores. En otros, que reciben el calificativo de “pobres” como lo es Etiopía, si bien han intentado que la formación no dependa del internet sino de otros medios como la televisión o la radio, en las zonas rurales del país un escaso 7 % de niños tiene un radio para sintonizar la emisora en la que les imparten las clases.
Por datos como ese, para la Unesco la pandemia “precipitó una crisis educativa, alimentada por profundas y múltiples desigualdades (...) Forzar a estos alumnos a pasar más tiempo en casa puede no haber sido propicio para el aprendizaje”.