Cuando José Pekerman asumió el reto de la Copa América Centenario lo hizo con dos objetivos: jugar bien y continuar con el proceso de renovación en el seleccionado colombiano.
La primera tarea la ha cumplido y el reflejo son los buenos resultados que lo clasificaron a los cuartos de final del certamen que se realiza en Estados Unidos.
Y la segunda, para fortuna de la millonaria afición, también ofrece tranquilidad por la respuesta de los jugadores.
En la última rueda de prensa que ofreció, antes del partido frente a Costa Rica, el estratega argentino recordó que solo cuatro titulares del Mundial de Brasil-2014 se mantienen en la nómina principal: David Ospina, Cristian Zapata, Juan Guillermo Cuadrado y James Rodríguez.
La misión renovadora ha resultado difícil y tuvo su comienzo en la Eliminatoria para el Mundial de 2018, en la que el combinado patrio ocupa la quinta casilla con 10 puntos, tres menos que los líderes Uruguay y Ecuador.
Pekerman manifestó que siempre los triunfos traen alegría y optimismo, y que el aficionado disfruta con ello. “Aquí somos prudentes y conscientes de nuestro papel. Hay un equipo competitivo y se han visto resultados en un tiempo muy breve, pero sabemos que un resultado puede cambiar la historia”, añadió en declaraciones difundidas por la Federación Colombiana de Fútbol.
Reiteró que lo más importante ahora es que los muchachos de la Selección crezcan en lo individual y como grupo. Y medirse a cada rival de la mejor manera.
“Esto no es sencillo para ninguna selección. Vinimos para seguir trabajando en el crecimiento del equipo, que haya más coordinaciones, afinidades y alternativas. También llegamos a competir con aspiraciones, mostrar que tenemos futbolistas con ambición”, añadió, al hacer hincapié en que los jugadores que no fueron convocados en esta ocasión tienen un lugar allí y que en cualquier momento pueden llegar a aportar.
Indagado por los aspectos positivos de Colombia en la presente Copa América, Pekerman resaltó el hecho de salir adelante en un grupo que desde el comienzo fue considerado parejo, competitivo y difícil. El de la “muerte”, llamaron algunos. Fue enfático en señalar que salen a cada partido a buscar regularidad, tener más seguridad y definir mejor. “Eso requiere de tiempo y paciencias”. En lo que sí es claro es que jamás renunciará al estilo. “Vinimos con un elenco capaz de jugar bien, con futbolistas dispuestos a dejarlo todo en la cancha”.