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Todo lo que el cuerpo sufre con
la pólvora
Rara vez una persona sana analiza la importancia de sus manos y todo lo que contribuyen a su vida e imagen corporal. Esta afirmación la hace la Amputee Coalition (Coalición de amputados), organización internacional que se dedica a mejorar la calidad de vida de personas mutiladas y sus familias, la atención al paciente y prevenir la pérdida de extremidades.
Detallan en su sitio web www.amputee-coalition.org que perder algún dedo puede ser devastador, desde el pulgar que hace posible la mayor parte de la función de la mano hasta los otros cuatro que ayudan al agarre, la fuerza y la rotación.
Y se trae como referencia el tema de la manos porque es una de las lesiones más comunes en la temporada de fin de año por cuenta de la manipulación de la pólvora, según lo confirmó Camilo Gómez, médico, abogado y vicepresidente de promoción y prevención de Positiva Compañía de Seguros: “Quemaduras, traumas múltiples, laceraciones y amputaciones, principalmente en la mano, son los accidentes más habituales”.
Durante la noche del pasado 24 de diciembre y amanecer del 25 fueron varios los casos de quemados por pólvora en Medellín, uno de ellos un hombre de 39 años con lesiones de tercer grado en sus manos, provocadas al manipular una papeleta bajo efectos del alcohol y sustancias psicoactivas, según las autoridades locales. El hombre debió ser hospitalizado y sufrió amputación de algunos de sus dedos. Él se suma al lesionado en zona rural del municipio de Pueblo Rico, suroeste antioqueño que también perdió uno de sus dedos la semana pasada y con el que se completan cinco amputados por cuenta de la pólvora, en Antioquia, en lo que va de la temporada decembrina.
Quizá a muchos accidentados les puedan salvar esta parte articulada, pero pueden quedar sin funcionalidad. Meisser López, director de la unidad de cirugía del Hospital San Vicente Fundación, explica que hay dedos que pueden quedar en la mano pero con alguna deformidad y sin funcionar bien, “se va la sensibilidad y uno a veces no valora eso y cree que se pierde poco, pero para abotonarse la camisa, amarrarse los cordones, coger algo sin estar viendo, necesita la sensibilidad en los pulpejos de los dedos, entonces se pierde una función importante”.
La médica toxicóloga clínica María Antonia Noguera Rojas cuenta que cuando una persona se expone a la llama de la pólvora lo que primero se pueden generar son lesiones en la piel y, “las quemaduras no solo ocurren en extremidades, también en los ojos y muchas personas pueden quedar ciegas”. Casos que confirma el doctor López cuando detalla cómo en ocasiones las laceraciones a nivel de la cara comprometen los ojos y el rostro en general llegando a desfigurarlo, “fácilmente con algo de pólvora que caiga en los ojos se puede dar la enucleación del mismo, es decir a tener que hacer extirpación completa del globo ocular, he visto la pérdida de un ojo completo o incluso de los dos”.
Al hablar de quemaduras no se pueden olvidar los que guardan totes en los bolsillos y estos explotan y le pueden quemar la ingle y hasta los genitales. Las más comunes son en las manos y la cara –puntualiza López– pero estos accidentes también se dan.
Lo difícil de estos accidentes por pólvora se da cuando las quemaduras son muy profundas y la cirugía se vuelve un poco mas compleja, “ahí lo que tenemos que hacer es retirar el tejido porque queda impregnado de estos químicos de tal manera que no puedes dejarlo allí, no es viable, se produce necrosis (muerte de células) de ese tejido y hay que retirarlo”, concluye el cirujano.
El médico Gómez precisa que cuando la pólvora estalla cerca de una persona se pueden presentar lesiones que comprometen el oído, “se dañan las células sensoriales de la audición y no se recuperan. La gente puede dejar de escuchar de manera definitiva o en diferentes grados que van desde la normal hasta la profunda”.
López ha encontrado casos de lesionados que no están manipulando pólvora pero que les estalla muy cerca, “evidentemente la onda puede alterar la audición”.
La toxicóloga Noguera es muy clara al afirmar que los químicos que trae la pólvora, así sean pequeñas dosis, pueden generar la muerte de la persona que los ingiera accidentalmente (como los niños), y además producir “problemas gastrointestinales, daños renales, hepáticos, alteraciones en la cadena de coagulación, manifestaciones cardiovasculares como arritmias y daños en el sistema nervioso central”.
A la fecha y según el Instituto Nacional de Salud se registran tres intoxicaciones en niños por fósforo blanco (componente de los totes), uno de ellos menor de cinco años, de Cartagena, falleció el pasado 2 de diciembre.
Los profesionales de la salud esperan que en estos últimos días del año y los primeros de enero la gente no queme pólvora para evitarse recivir el año nuevo en un hospital y dañarse las fiestas