El encierro generado por la pandemia ha afectado la salud mental. Según cifras del Ministerio de Salud, “las líneas territoriales de salud mental han mostrado un aumento en las consultas hasta del 30 %, siendo la depresión, la ansiedad y la violencia los motivos de consulta más frecuentes”.
Durante los últimos fines de semana del mes de enero se han decretado medidas como el toque de queda, que se suman a las recomendaciones de quedarse en casa si no se requiere salir. Esto de permanecer en el mismo espacio representa para algunos estrés y problemas en la salud mental de las personas, explica Juan Carlos Posada Mejía, psicólogo clínico y terapeuta.
Mantenerse sano mentalmente ha sido un reto durante el confinamiento por factores como la incertidumbre causada por la covid-19 o el trabajo en casa, que se debe conciliar con las labores del hogar, explica Juan Camilo Arias, docente y psicólogo.
Él señala que la gente no estaba emocionalmente preparada para afrontarlo. “Tiene gran relevancia que no nos han enseñado muy bien cómo lidiar con esto, no existe una preparación para tratar con la angustia, muy pocas personas lo tienen”.
Algo que funcionaba antes, según él, era poder tener escapes de la vida cotidiana o de eso que lo preocupaba, pasar tiempo en familia, hacer ejercicio, estar con los amigos o el solo hecho de ir al trabajo y tener un espacio diferente en el cual podía dialogar con sus compañeros, liberaba de ese agotamiento diario, pero esas dinámicas han cambiado.