La Cámara de Representantes aprobó en primer debate el Proyecto de Ley número 300 del 2018, por medio del cual se incorporan las mutilaciones como forma de maltrato animal.
Esta iniciativa comienza su curso en el legislativo y pretende ser una ley ordinaria para proteger a estos seres sintientes de lo que consideran el “maltrato” de algunos humanos.
La iniciativa nació en la Comisión Primera de la Cámara y su ponente es el representante por Bogotá Juan Carlos Losada. El objetivo de esta posible norma es proscribir todas las formas de maltrato en contra de animales no humanos, considerando que este tema ya ha estado amparado en el marco normativo internacional.
El proyecto fue radicado el pasado 13 de diciembre de 2018 por parte del representante Fabián Diaz Plata y acaba de comenzar su paso por el Congreso, donde deberá ser aprobado por las dos cámaras.
Otra de las voces destacadas en el tema es Andrea Padilla, vocera de Animal Naturalis, para quien “lamentablemente es una práctica frecuente, legal y tremendamente cruel con los animales que causa consecuencias físicas y psicológicas. Ojalá prospere en el Congreso”, dijo.
La propuesta que cursa en el legislativo contempla una modificación al Estatuto Nacional de Protección a los animales y a las sanciones para quienes causen daño a un animal.
Al proyecto aún le faltan debates en Cámara y Senado, pero es un tema que divide a animalistas y veterinarios ya que se trata de una práctica que todavía es legal y que los profesionales acostumbran practicar a algunas razas, a petición de los dueños de los animales, argumentado que una cola o una oreja más corta hace parte de los “estándares de la raza” que muchas veces son caracterizados por clubes de perros y gatos.
Lo que dice el proyecto de ley sobre mutilaciones
Este considera que los procedimientos que implican cortar la cola, orejas, eliminar o seccionar las cuerdas vocales, levantar las orejas, extraer las garras o los dientes por cuestiones estéticas son una intervención que, según el documento que está en la Cámara, “no está indicada médicamente” y “no va a proveer ningún beneficio al paciente”.
Y continúa: “El único beneficio lo puede llegar a conseguir el propietario modificando el aspecto de su mascota”. Considera, entre tanto, que la amputación está asociada a la presencia de neuroma y dolor crónico.
El proyecto propone modificar el artículo 116 de la Ley 1801 de 2016, que reglamenta las prácticas que afectan a los animales, añadiendo un apartado de procedimientos estéticos.
También plantea un cambio al artículo 8 de la Ley 84 de 1989 para incluir en las sanciones la caza deportiva, que está exceptuada.
Pretende, además, añadir al Código de Policía (Ley 1801 de 2016) dos numerales en el artículo 163 de esa jurisprudencia.
El primero es sobre la protección de la “vida e integridad de seres sintientes ante casos de crueldad para con los animales”. El segundo indica el accionar “en los casos de flagrancia ante conductas que tipifiquen como delitos contra la vida, la integridad física y emocional de los animales”.
Las reacciones sobre la iniciativa
Para el representante Losada, ponente del proyecto, “esta es una práctica bárbara que no tiene ninguna justificación, menos cuando desde la Ley 1774 los animales ya no son considerados como cosas, sino como seres sintientes que necesitan protección por parte del Estado y las autoridades”.
Agregó que la Policía podría entrar sin orden prescrita a los lugares donde haya indicios de maltrato animal.
EL COLOMBIANO consultó a un veterinario quien pidió guardar su identidad dado que esta práctica ha hecho que personas del gremio sean blanco de insultos.
“Es maltrato cuando no se utilizan técnicas adecuadas que generen en el animal un trauma no beneficioso. Hay que manejar anestesia, prequirúrgicos, hacerles todos los exámenes. Es un procedimiento electivo, como decir una cirugía estética, que lleva a que el animal se vea ‘más bonito’ para algunas personas”, afirmó el profesional, quien lleva cerca de tres décadas ejerciendo como médico veterinario.
Otra veterinaria y zootecnista quien también pidió guardar su identidad afirmó que “es una cuestión estética de la que ahora hay más conciencia. No todos los profesionales lo hacen, pero es un tema polémico”.
Entre tanto, Mariam Acero Aguilar, médica veterinaria y profesora de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional, aseguró que “estábamos en mora hace muchísimo tiempo con los animales de evitar este tipo de prácticas, sobre todo como asuntos estéticos, referidos a amputaciones que son un asunto estético”.
Acero afirmó que los procedimientos pueden generar dolor, alteran la expresión natural de los animales con su cola, puede producir problemas para caminar y lleva a alteraciones de tipo físico y sicológico.
Algunas de las razas en las que se realizan este tipo de procedimientos son los pitbull, pinscher y schnauzer.
Otra de las voces destacadas en el tema es Andrea Padilla, vocera de Animal Naturalis, para quien “lamentablemente es una práctica frecuente, legal y tremendamente cruel con los animales que causa consecuencias físicas y psicológicas. Ojalá prospere en el Congreso”, dijo.
La propuesta que cursa en el legislativo contempla una modificación al Estatuto Nacional de Protección a los animales y a las sanciones para quienes causen daño a un animal.
Al proyecto aún le faltan debates en Cámara y Senado, pero es un tema que divide a animalistas y veterinarios ya que se trata de una práctica que todavía es legal y que los profesionales acostumbran practicar a algunas razas, a petición de los dueños de los animales, argumentado que una cola o una oreja más corta hace parte de los “estándares de la raza” que muchas veces son caracterizados por clubes de perros y gatos.