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El pasado 16 de julio culminó el traslado a Mutatá de los 98 excombatientes de las Farc que se encontraban en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación del centro poblado de Santa Lucía, Ituango. Hasta ese día la atención de la opinión pública estaba en lo que ocurría con los exguerrilleros quienes, principalmente, debieron abandonar ese territorio por problemas de seguridad.
Pero, ¿qué pasa ahora con esa población que está a menos de hora y media del casco urbano de Ituango y que estaba al acecho de los grupos armados ilegales como las disidencias del frente 18 de las Farc y el Clan del Golfo?
23 días después de ese traslado, los habitantes del mencionado caserío son testigos de cómo día a día se va desmontando toda la infraestructura que se construyó para que los excombatientes adelantaran sus procesos de reincorporación.
Pero, a la vez, sienten un temor porque no quieren quedar a merced de los ilegales, sobre todo cuando creen que con la salida de los exFarc, también se van los soldados y policías que los custodiaban y que se convertían en una prenda de garantía para vivir con tranquilidad.
Yonay Tuberquia Agudelo, párroco de Santa Lucía afirma que entre el campesinado hay un ambiente de zozobra por lo que pueda pasar de acá en adelante, sobre todo cuando esa población se convirtió en el centro de atención no solo a nivel nacional, también internacional por todo lo ocurrido con el proceso de paz.
“En este momento hay tranquilidad, pero el miedo no se va porque la presencia de los grupos armados ilegales aún se siente y la gente no quiere creer que la Fuerza Pública los va abandonar ahora que no están los excombatientes”, afirma el padre Yonay.
Agrega el religioso que aún hay presencia de policías y militares, pero “ha mermado con los días” y, si se van del todo, “inmediatamente llegarán los ilegales”, quienes ya han enviado mensajes en los que afirman que pronto estarán por estos lados.
“No es justo que los habitantes de este poblado vuelvan a épocas de violencia, desplazamiento y amenazas”, añade el padre.
La ubicación de Santa Lucía es de vital importancia para el Ejército. Este poblado se encuentra en un cañón que conecta, a través de caminos de herradura, a todo el Nudo de Paramillo y desde ahí se puede llegar al Bajo Cauca antioqueño y gran parte del sur del departamento de Córdoba.
Por esta razón, la Séptima División del Ejército, consultada por EL COLOMBIANO, afirma que el Batallón de Artillería N°4, establecido en Ituango, seguirá con sus diferentes pelotones desplegando operaciones en todo ese territorio, así como también atendiendo tres alertas tempranas emitidas por la Defensoría del Pueblo referentes a líderes sociales y amenazas por la presencia de grupos ilegales.
“A esto se le suma que Santa Lucía hace parte de los nueve corregimientos o veredas de Ituango en los que se adelanta la estrategia creada por esta división en la que se mantiene la presencia de 15 soldados y tres policías en los centros poblados”, recordó el general Juan Carlos Ramírez, comandante de la Séptima División del Ejército.
Este diario intentó comunicarse vía telefónica y Whatsapp con el alcalde de Ituango, Mauricio Mira, para conocer los proyectos que se tienen con Santa Lucía, pero no fue posible.
Periodista. Magíster en Comunicación de la Defensa y los Conflictos Armados de la Universidad Complutense de Madrid