Acompañó el mensaje con una fotografía del interior del recinto, en la que se ven unos muebles de sala, y añadió: “Aquí se demuestra el carácter aristocrático y sin sentido de servicio a la ciudadanía en que transformaron a la cancillería por décadas. Ordenaré vender estas casas ostentosas que sirven de residencia, para ampliar los espacios de servicio a la ciudadanía”.
En otro mensaje, Petro indicó que ha visto “residencias de embajadores más amplias y palaciegas que nuestras embajadas y consulados, reducidas y sin atención apropiada a la colombianidad. Las casas/palacios de residencias en Suiza, México, Bruselas, deben ser vendidas para ampliar los espacios de las embajadas y consulados”.
El anuncio del primer mandatario coincide con una serie de críticas a su gobierno, señalado de despilfarrar dinero en embajadas y viajes diplomáticos, al mismo tiempo que se queja porque el Congreso no le aprobó una billonaria reforma tributaria.
La oposición ha cuestionado los viajes de la primera dama Verónica Alcocer; las enormes delegaciones de la vicepresidenta Francia Márquez en sus periplos internacionales; la reapertura de la embajada ante la FAO, en la que se le dio estatus de diplomático al investigado Armando Benedetti; y la apertura de nuevas representaciones en África.
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