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El decreto 037 del 9 de junio de 2017 de la Alcaldía de Yopal se asemeja más a una cartilla de misa dominical que a un documento administrativo y sin embargo, sirvió para entregar de manera oficial la capital del Casanare al “señor Jesucristo”.
Al margen de los chistes que ha generado en las redes sociales y en los medios de comunicación, esta decisión de la mandataria Luz Marina Cardozo tendría repercusiones de fondo, que la ponen en la mira de una investigación disciplinaria y jugaría con la estabilidad política de la ciudad en un corto plazo.
Aunque es apenas evidente para juristas consultados por EL COLOMBIANO que el decreto viola la separación Estado-Iglesia, consagrada en la Constitución, también se debe tomar en cuenta que esta fue la última decisión que tomó Cardozo como alcaldesa, pues fue nombrada en interinidad mientras el mandatario electo, John Jairo Torres conocido como John Calzones, estuvo fuera de su cargo para responder por distintos delitos. Como Torres quedó libre el pasado martes, 13 de junio, esta semana está previsto su regreso al despacho.
“El poder político y la autoridad están en los gobernantes que cumplen las normas. Al generar este decreto, están otorgando esa autoridad a Jesucristo y eso riñe con los actos modernos del Estado y nos devuelve al Medioevo, porque otorga la legitimidad a un poder divino”, explicó Pedro Piedrahita Bustamante, politólogo y docente de ciencias políticas de la UPB.
Por ello, Piedrahita agregó que este acto en términos prácticos no tiene mayor efecto, pero sí puede interpretarse como un “llamado de atención” contra el alcalde Torres ya que su reemplazo, Cardozo, fue elegida por su mismo partido, pero recientemente le quitaron su respaldo político.
“El ciudadano de a pie no entiende dinámicas políticas y, tomando en cuenta que gran parte de la población en Yopal es muy religiosa, para ellos es importante este acto, que de fondo plantea que el poder lo tiene Jesucristo y no el alcalde”, argumentó.
No obstante, para que esta trama pueda desarrollarse, primer hay que ir a la pregunta más elemental: ¿Podía la alcaldesa firmar un decreto a todas luces inconstitucional?
“Los actos administrativos (decretos, acuerdos, resoluciones, etc ) se presumen legales. Es decir que se confía en el buen juicio del funcionario. Pero pueden equivocarse, de buena o mala fe”, explicó Kenneth Burbano, director Observatorio Constitucional de la Universidad Libre de Bogotá.
Así las cosas, este evento tiene tres repercusiones, según explicó el jurista.
La primera es que viola los derechos de quienes no profesen la religión de la alcaldesa, porque la Constitución garantiza la libertad de culto.
“Las personas tienen derecho a tener su religión en su condición personal, pero los servidores públicos, en especial si se trata de alcaldes, tienen que abogar porque se proteja el Estado Laico y no pueden hacer expresiones de carácter religioso”, afirmó Burbano.
La segunda es que todos los actos administrativos tienen que tener una motivación debidamente sustentada en la ley.
Como el decreto está basado exclusivamente en pasajes bíblicos, violaría la norma superior, que es la Constitución.
“Los alcaldes no pueden expedir el acto que les provoque, sino los que se sustenten en las normas”, sostuvo.
La tercera es la responsabilidad que recae en la exalcaldesa Cardozo, ya que como funcionaria usó la religión como parte de su oficio y podría ser investigada, si así lo considera, por la Procuraduría.
“El acto está vigente y tiene presunción de legalidad. Ya que está formalmente expedido, se podría demandar por nulidad”, concluyó Burbano.
Tal como la ley manda, con la captura de John Torres en julio del año pasado por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito, el gobernador del Casanare, Alirio Barrera, designó a Cardozo de una terna enviada por el partido del alcalde, una figura poco familiar en la ciudad, como encargada del despacho.
Sin embargo, la salida de varios funcionarios cercanos a Torres generó que su partido le exigiera la renuncia, sin que este llamado tuviera efecto.
“Hay una incapacidad para gobernar, que se ve en temas graves como el acueducto, entonces con ese acto, ella deja todo en manos de Dios para evitar las críticas de la gente, que es muy religiosa”, explicó Wilson Durán, líder y periodista de la región.
Asimismo, acotó que el acto se hizo ante la Asociación de Ministros del Evangelio de Yopal, Amey, una organización que agrupa a las iglesias cristianas de la ciudad y desde donde se impulsó Torres para llegar a ser alcalde.
Periodista bumangués del área digital de El Colombiano. Busco historias que demuestren que la realidad siempre supera a la ficción.