Este lunes se conoció el caso de un menor de 11 años en Floridablanca, Santander que fue escondido por sus padres tras quemarse con pólvora el pasado 31 de diciembre.
Las autoridades se enteraron de la situación a través de una llamada a la Policía Metropolitana de Bucaramanga. Una vez en la vivienda, ubicada en el barrio El Reposo, los responsables del menor, y de otros tres, negaron que había un cuarto niño. Los otros menores fueron revisados y encontrados en buenas condiciones.
Posteriormente, la Policía recibió otra llamada en la que se les informó de la existencia del cuarto menor en la casa. Allí, las Unidades de Infancia y Adolescencia entrevistaron a la madre quién accedió a la observación del niño, informó el comandante de la Policía, brigadier general Samuel Darío Bernal Rojas.
El menor fue remitido al Hospital Universitario de Santander, allí se supo que sufrió quemaduras leves en el rostro, especialmente en el ojo izquierdo, la cuales fueron producidas por un tote arrojado por otro menor vecino durante la celebración del Año Nuevo.
En entrevista con Blu Radio y Caracol Noticias, el padre del menor afirmó que aunque no le dieron la pólvora, sentían temor de reportar la situación al ser ciudadanos venezolanos.
El hombre, que pidió no ser identificado, dijo a estos medios: “Uno acá va para el médico, porque uno de mis hijos más pequeños hace poco tuve que llevarlo al médico, y a uno no lo atienden por el hecho de ser venezolano, nos preguntan que la EPS, por eso no acudimos al médico”.
El Hospital Universitario informó que el menor se recupera y que podrá ser dado de alta si continúa su evolución.