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Hablar de la posibilidad de estudiar una ingeniería aeroespacial, oceanográfica o en áreas como nanotecnología, energética o multimedia en Colombia ha pasado de ser un sueño a convertirse en algo tangible. En los últimos 10 años el sector universitario se la ha jugado por crear nuevos programas de ingeniería que respondan a los retos y las necesidades de desarrollo del país.
Sectores como el de la salud, las tecnologías de la información y la comunicación y el campo están marcando la tendencia en la creación de programas de ingeniería cada vez más especializados.
Esto, para algunos decanos de facultades de ingeniería de Medellín, no es más que la respuesta a los cambios que se van dando en el país y los retos que estos trazan para las universidades. En este sentido, Alberto Rodríguez, decano de Ingeniería de Eafit, considera que la oferta educativa de ingenierías y su evolución en los últimos años es coherente.
“En Colombia no hemos entendido aún que la ingeniería es estratégica para el desarrollo de un país. Las ingenierías que tenemos y el tejido industrial se corresponde el uno con el otro y determinan el desarrollo del país”.
Según Rodríguez, hay una mirada de las universidades hacia el campo, apuntando a algo que en Alemania se conoce como industria 4.0 o digital, y que tiene que ver con nuevas formas de analizar el campo, de explotar y conducir la producción agraria con sistemas más sofisticados.
La UPB también ha entrado en la dinámica de las ingenierías especializadas. Dentro de su oferta de pregrados incluye Ingeniería en Nanotecnología e Ingeniería en Desarrollo de Entretenimiento Digital, desde hace cerca de cinco años. Ambas fueron el resultado de analizar el potencial de estas industrias y la necesidad de formar más personas especializadas en esos campos.
Para el decano de la Escuela de Ingenierías de la UPB, Roberto Carlos Hincapié Reyes, las ingenierías especializadas son una ventaja porque, aunque tienen un núcleo común, abarcan otros aspectos. “Las carreras clásicas siempre tendrán un mercado, mientras que a las nuevas hay que abrírselo, porque las empresas no las conocen. Es un reto de inserción, pero vale la pena”.
El trabajo de la Universidad de Antioquia en la creación de sus tres ingenierías más recientes inició hace alrededor de 10 años, pensando en fortalecer la presencia en las subregiones.
En este sentido fue primordial la apuesta que desde los gobiernos local, departamental y nacional se venía dando hacia Urabá en el tema portuario.
Fue así como apostaron por la creación de la Ingeniería Oceanográfica, hasta ahora única en el país, y que inició clases en Turbo este año. Por otro lado, le apostó también al Oriente con Ingeniería Aeroespacial e Ingeniería Energética, en el Carmen de Viboral, previendo la formación de talento humano especializado que a mediano y largo plazo va a necesitar el sector aeronáutico y aeroespacial en esta subregión. La segunda, como respuesta al potencial energético de la región y la importancia que están cobrando las energías renovables.
Lo primordial que se busca es que sea una oferta educativa pertinente y que aporte a los territorios. “Por ahora la apuesta está en consolidar estos programas que conllevan esfuerzos importantes”, resaltó Jesús Francisco Vargas Bonilla, decano de la Facultad de Ingeniería de la U. de A.
Hace 20 años, cuando la Universidad EIA decidió apostar por una visión futurista, pensando en programas como Ingeniería Biomédica, la sociedad se mostró incrédula y se preguntaba “¿cómo se van a incorporar, qué van a hacer los profesionales?”, recuerda como Jesús María Soto, decano de Ingeniería. Sin embargo, poco a poco los profesionales empezaron a salir y a ser incorporados en el mundo laboral y la institución ha ido consolidando este programa.
Explicó que, actualmente, desde la ingeniería se vienen trabajando temas importantes como la inteligencia artificial, el IOT, o la inteligencia de las cosas y el big data, que trazan retos para nuevos programas.
“Las ingenierías deben apuntar siempre a mejorar la calidad de vida de las personas. Las tecnologías nos van a quitar muchos trabajos, por eso un reto es que nos permita evolucionar y desarrollar labores más creativas sin quitarnos el trabajo”, resaltó Soto.