Solo entre viernes y sábado 17 personas fueron asesinadas en masacres confirmadas por las autoridades departamentales y nacionales. Lamentablemente no han sido las únicas en este agosto: Cali (Valle del Cauca), Ricaurte, Samaniego y Tumaco (Nariño) y Arauca capital también han sido escenarios de homicidios colectivos de los que se desconocen los autores.
Para castigar esos hechos, el Ministerio de Defensa anunció que creará una unidad especial para identificar, ubicar y judicializar a los responsables de esos delitos. Además, implementará un programa de recompensas.
El más reciente sucedió en Tumaco, donde seis jóvenes fueron asesinados y otros dos estarían desaparecidos. Los hechos se conocieron justo cuando el mandatario Iván Duque se preparaba para realizar un Consejo de Seguridad en Nariño, que tuvo lugar en Chachagüí, y que tendrían como foco otras dos masacres que hubo en el departamento.
El mandatario afirmó: “Hablemos del nombre preciso: ‘homicidios colectivos’, y tristemente hay que aceptarlo como país, no es que volvieron, no se han ido”.
El debate entre el término ‘masacre’ u ‘homicidios colectivos’ es un asunto semántico, debido a que ambos significan lo mismo: asesinatos de 3 o más personas en estado de indefensión. Así lo indica el director Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), Jorge Restrepo.
“El único punto común de los hechos recientes es que todos se presentaron en lugares que viven disputas de grupos armados por la minería del oro, el contrabando de todo tipo de bienes ilegales y tienen presencia de grupos al margen de la ley. Cada caso debe leerse en su contexto local”, afirma.
Restrepo agrega que estos municipios han sido priorizados para el posconflicto y cuentan con planes como los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial. Es decir: sí hay presencia del Estado.
No obstante, el defensor del pueblo, Carlos Negret, consideró que “lo que ha ocurrido en estas zonas es el resultado de la falta de presencia estatal en los departamentos de Cauca, Valle, Arauca y Nariño. La razón de esta guerra que se vive es el negocio ilícito del narcotráfico, pero también la minería ilegal”.