El propósito de lograr una terminación negociada del conflicto con las Farc selló el distanciamiento definitivo entre el presidente Juan Manuel Santos y parte de la plataforma política que lo eligió presidente en el 2010. Esa misma bandera política le valió su reelección en 2014, cuando derrotó en segunda vuelta a Óscar Iván Zuluaga, candidato del Centro Democrático.
Por la negociación de La Habana sacrificó su capital político, pues si bien en otros sectores no ha dejado de presentar avances importantes para el país, la polarización política que generó el proceso los opacó. Las encuestas lo empezaron a castigar en favorabilidad, desde el momento en el que comenzó la fase pública de la negociación. A principios de 2012 conservaba una favorabilidad del 70 %.
Según Rubén Darío Acevedo, doctor en Historia de la Universidad de Huelva (España) y docente de la Universidad Nacional, a Santos no le salieron las cosas bien por su “arrogancia”, porque no escuchó las críticas que se dieron de buena manera, porque abusó de su poder y de los medios, y confió en que la “mermelada” lo podía todo.
“La gente entendió que el Acuerdo no era aceptable, ni seguro. En su alocución, a Santos se le sintió el tono de Humberto De la Calle. Aunque dejó la puerta abierta, no fue categórico en decir lo que se debe enderezar en este proceso con las Farc. Fue un llamado gaseoso e insistió en que seguirá con su política, como si no hubiera pasado nada”, agregó Acevedo.
Por su parte Jorge Iván Cuervo, investigador de la Facultad de Finanzas y Gobierno de la Universidad Externado, dijo que Santos no renunciará a su cargo, como lo había sugerido en una entrevista con la BBC, porque continuará con la negociación política, aunque tampoco descarta del todo esa posibilidad extrema.
“El plebiscito no era necesario, el presidente podía implementar los Acuerdos, pero entendió que había crisis de legitimidad en el proceso. Apostó por una carta que perdió, lo pone en una encrucijada y en un grave problema de credibilidad ante la comunidad internacional. El Gobierno queda muy débil para seguir adelante con una negociación en los términos que proponga el ‘uribismo’. También queda débil para gobernar y presentar la reforma tributaria, entre otras”, agregó Cuervo.
¿Encuentro con Uribe?
En su alocución el presidente Santos dijo que hoy mismo iba a convocar a todas las fuerzas políticas, incluidas las que lideraron el No, para escucharlas y determinar el camino a seguir.
Este escenario es para John Fredy Bedoya, investigador del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, el más probable, pues el presidente y la Unidad Nacional buscarán integrar al Centro Democrático, para encontrar más mecanismos y no perder los años de negociación y la voluntad política de las Farc para su reintegración a la vida civil.
Según Cuervo, habrá problemas de interlocución porque Santos y Uribe no lo podrán hacer y seguramente habrá delegatarios por parte del Gobierno, como el vicepresidente Germán Vargas.
Para Yann Basset, de la Universidad del Rosario, el escenario es muy incierto por la tendencia que marcan las encuestas: “El margen de maniobra de Santos es básicamente nulo, o renuncia o convoca a un diálogo nacional con el ‘uribismo’, del cual no se sabe qué puede pasar. Políticamente ya el presidente no puede implementar los acuerdos por los que fue reelegido en el 2014”.
Los cambios de discurso
Andrés Felipe Bernal, investigador de la Escuela de Política de la Universidad Sergio Arboleda, aparte de que al presidente le faltó liderazgo político y su imagen nunca le ayudó, las posiciones de una posible negociación con las Farc con las que se hizo elegir en el 2014, distan abismalmente de lo que fue pactado en La Habana y eso también se lo cobraron.
“Santos cometió un error: prometer lo que no se iba a negociar sin entrar a negociar. Siempre dijo que no habría curules asignadas y que los responsables de delitos de lesa humanidad tendrían unos mínimos de cárcel”. Bernal agregó que no ayudó el triunfalismo de las Farc, haciéndose pasar como vencedores y víctimas del Estado.