Cl Ejército ha sido uno de los principales protagonistas en la historia reciente de Urabá. Fueron cientos de militares los que perdieron la vida en la guerra que se vivió en esa zona del país, protagonizada por las Farc, las Autodefensas y el Estado. La realidad ahora es diferente, la región lucha por ser un pilar en el desarrollo económico, y tras la salida de la mayoría de los actores armados, el Ejército, por medio de la Brigada 17 de la Séptima División (con jurisdicción en Urabá), tiene la responsabilidad de consolidar todo el terreno ganado. Su comandante, el coronel Antonio José Dangond, habló con EL COLOMBIANO y explicó cómo será el accionar de esa institución en la región, cómo recuperar la confianza de la gente y la lucha que continúa contra las bandas criminales.
¿Cómo se está proyectando la Brigada 17 en una región que fue tan azotada por las Farc, a propósito de la implementación de los acuerdos de paz con ese grupo guerrillero?
“Urabá en los últimos 12 años ha consolidado un desarrollo positivo y vertiginoso en todos sus sectores. La región se viene desarrollando desde hace tiempo sin las Farc. Ellos acá dejaron de ser una amenaza desde hace años, producto del empeño militar que hicieron nuestros soldados. Cuando miro lo sucedido unos 15 años atrás, recuerdo todo el esfuerzo, los soldados que murieron luchando por restablecer el orden, por ejemplo, el tráfico por el cañón de Riosucio. Entonces, esta era una región que estaba secuestrada, se trataba de un secuestro colectivo, masivo, y los soldados de la Decimoséptima Brigada hicieron un trabajo fenomenal, dejando hasta la piel en estos campos”.
Usted se refiere a lo que hizo el Ejército para llegar a los avances de hoy, pero ¿cómo seguirá siendo esa labor de la institución?
“Con el plan de campaña ‘Victoria’ el Ejército entrará a fortalecer una labor de estabilización y consolidación, entonces lo que tenemos que hacer es, en las áreas más afectadas, vincularnos más con la oferta estatal, llegar con desarrollo y hacer que esas zonas se estabilicen y posteriormente lleven a una consolidación. El Ejército ya no va a ser la punta de la lanza, como lo fue en el plan ‘Espada de Honor’, cuando nosotros éramos el esfuerzo principal en la lucha contra las Farc. En el plan ‘Victoria’, el Ejército va a ser parte de la oferta estatal, va a entrar articulado con el Estado para llegar con soluciones estructurales a las comunidades”.
¿Hay algún municipio o zona que se pueda ver más beneficiado por esa oferta institucional?
“Hay varios proyectos. Indudablemente lo del Chocó es un tema bien especial. Estamos viendo cómo nos articulamos para ayudar mucho en los municipios de ese departamento que tenemos en nuestra jurisdicción. En los de Antioquia, también hay un reto grande. Si bien es cierto que se han construido unas vías que están permitiendo que nos podamos comunicar con Medellín en tan solo cinco horas, aún tenemos carreteras muy deficientes hacia las veredas, inclusive hay muchas poblaciones que solo pueden desplazarse en caballo o a pie, entonces estamos haciendo un trabajo con esas comunidades y con las alcaldías para llevar nuestras capacidades de ingenieros militares y contribuir al desarrollo, especialmente en vías”.
¿Cómo siente usted la confianza de la población civil hacia el Ejército en esa zona del departamento? “Esto ha sido una sorpresa para mí, ha sido muy bonito ver todo el cariño, respeto y admiración que tiene la población del Urabá, antioqueño y chocoano, por el Ejército. En todo lo que he conocido me ha sorprendido mucho el cariño que tiene la gente por nosotros. La gente entiende y es muy consciente del gran esfuerzo que ha hecho el Ejército por devolverle la tranquilidad a nuestro país”.
Esa pregunta tiene que ver también por los denominados falsos positivos y las investigaciones que hay hace varios años en esta unidad del Ejército, como también por las zonas donde las Farc tuvieron una presencia histórica. Allí la gente mantiene temor por la llegada del Estado...
“En cuanto a los llamados falsos positivos, parte de lo que permitió que esto se esclareciera en gran medida fue la contribución del mismo Ejército a las investigaciones. Nosotros no tapamos, no ocultamos nada, antes facilitamos el trabajo a la Fiscalía y producto de esto hubo personas que fueron condenadas, pero también hubo otro gran número de personas que fueron absueltas, que lograron demostrar que eso no había sido así. Este fue un capitulo doloroso institucionalmente, pero también sirvió para demostrar la grandeza de nuestra institución”.