La quebrada La Ayurá es tan importante para Envigado que quedó plasmada en la segunda estrofa de su himno. Bordeando su cauce fue creciendo la Ciudad Señorial. Hoy, colectivos ambientalistas reclaman mayor protección para esta cuenca que funciona como un eje transversal del territorio.
“Desde tiempos inmemoriales hasta bien avanzada la segunda mitad del siglo XX, este riachuelo fue la única fuente de abastecimiento del acueducto municipal, con un caudal lo escasamente necesario para abastecer el consumo local con alguna regularidad hasta la década de los años 40”, consigna una reseña histórica publicada por el Museo Otraparte.
El secretario de Medio Ambiente de Envigado, César Mora, va más allá: “somos una ciudad cuenca, gran parte del municipio se ha construido alrededor de esta fuente hídrica”, dice.
En los últimos meses, desde el Colectivo Túnel Verde, se ha promovido en redes sociales el hashtag #ÁrbolesdelAburrá, publicando imágenes de especies que crecen a ambos costados de La Ayurá, y de la fauna que se esconde bajo la sombra vegetal.
“Nuestro interés es que las personas se apropien de este corredor, que las instituciones se interesen en protegerlo. Si la gente conoce sobre la belleza que hay allí, se preocuparán por cuidarla”, explica Juan Carlos Valencia, integrante del colectivo.
El cemento sobre las riberas
Valencia sostiene que se ha evidenciado, en los recorridos que hacen los integrantes del colectivo, que la quebrada se ha deteriorado por la construcción de nuevos pasos vehiculares y, comenta, el intercambio vial que se proyecta para enlazar Itagüí con Envigado terminará afectando aún más la conectividad biológica.
Sectores de la cuenca tienen acumulación de basuras, se nota el vertimiento de aguas residuales sobre el cauce y algunos árboles se han talado por obras de infraestructura, lo que en opinión del colectivo se debe a un descuido institucional.
El secretario Mora defiende algunas talas. Argumenta que están tratando de minimizar riesgos. Se estarían remplazando especies que no son adecuadas por otras nativas porque hay individuos que fueron sembrados hace más de 30 años y representan un peligro.
“Con vientos que hemos tenido hasta de 77 km/h representan un peligro para la comunidad por la caída de ramas”, explica.
Conoce sobre las críticas que tienen los ambientalistas pero defiende las medidas. Expresa que el año pasado murió una persona por la caída de un árbol en el sector de Jumbo, cerca a la avenida Las Vegas, y no desean que se repitan estos hechos.
En oposición, Hilda Castaño, integrante de la Mesa Ambiental de Envigado, considera que el árbol es una especie viva y por ende, lo último en lo que se debe pensar es en una tala.
“Aunque se trate de un eucalipto, que no es nativo, hay maneras de hacerle un tratamiento sin necesidad de cortarlo. Es cuestionable que todo árbol grande les parezca una amenaza”, asevera Castaño.
Por otro lado, Valencia critica la canalización que han sufrido algunos tramos que tiene la quebrada y cita un estudio hecho en 2014 de la Universidad Nacional sobre la importancia de los corredores biológicos lineales en Medellín.
“Usualmente las quebradas en las ciudades sufren procesos de canalización o cubrimiento, lo que limita su potencial natural y se convierten en barreras para la fauna y la vegetación. En algunos casos, ciudades europeas y norteamericanas han renaturalizado los cauces y sustituido las placas de concreto por bordes y retiros más naturales”, dice el estudio.
Inversión y planes
Entre el mantenimiento de la cuenca, reforestación y cuidado del arbolado urbano, la Secretaría de Medio Ambiente local invirtió el año pasado alrededor de $1.800 millones.
Además, como autoridad ambiental delegada por el Área Metropolitana, están a cargo de otorgar o negar los permisos de aprovechamientos forestales en la cuenca que requieran los privados.
Mora asegura que trabajan de la mano con EPM para sanear la quebrada de las aguas residuales. También se planea reforestar este corredor con gran parte de los 10.000 árboles urbanos que hacen parte del compromiso de Envigado contemplado en el Pacto Ambiental del Valle de Aburrá.
No obstante, al anhelo de los ambientalistas es que la cuenca de La Ayurá sea declarada como patrimonio ambiental, para evitar que futuras obras viales la deterioren más y, porque como dice Castaño, la quebrada hace parte de la identidad y de la historia de Envigado, “alrededor de ella se tejió la cultura de la población”, subraya .