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La búsqueda de su hija terminó luego de 25 años: estaba en EE.UU.

Durante la conmemoración de la semana de los desaparecidos, Álvaro González Serna supo de la aparición de su hija Vanessa. Aún están sin encontrar a 12.490 personas.

  • Álvaro González Serna confirmó que recibió una llamada desde Nueva York, Estados Unidos, diciéndole dónde está su hija, a la que no ve desde que tenía seis años FOTO ESNEYDER GUTIÉRREZ
    Álvaro González Serna confirmó que recibió una llamada desde Nueva York, Estados Unidos, diciéndole dónde está su hija, a la que no ve desde que tenía seis años FOTO ESNEYDER GUTIÉRREZ
31 de agosto de 2022
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Cuando se disponía a dirigirse a un evento en homenaje a las personas desaparecidas, Álvaro González Serna recibió una llamada para informarle que la búsqueda de 9.261 días de su hija Vanessa había llegado a su fin. Ahora era una menos en la larga lista de personas de las que sus familiares no tienen rastro alguno.

“Iba a salir y me llamaron desde Estados Unidos. Una mujer me habló y me describió las características de mi hija, según la foto y unos datos que tenía de mí los cuales no eran conocidos, y me dijo que había visto a mi hija”, relató este hombre, quien no tenía noticias de Vanessa desde el 21 de abril de 1997, cuando grupos armados se la quitaron de los brazos en la vereda Pedregal Bajo, corregimiento de San Cristóbal, Medellín.

Álvaro no podía contener las lágrimas ni la emoción por tener la primera noticia de ella en 25 años, cuatro meses y ocho días, porque, según sus palabras, todas las estrategias de búsqueda hasta entonces habían sido infructuosas.

De lo que supo es que a Vanessa la habrían sacado del país usando papeles irregulares, pero no conocía el destino. Aunque su búsqueda también la hizo por el territorio nacional, a la espera de saber si le habían mentido con esa versión.

“Recorrí todas partes, hablé con todas las organizaciones, pero nadie me daba respuesta de mi hija, desaparecida cuando tenía 6 años. Desde que se la llevaron mi vida no volvió a ser la misma”, manifestó este hombre, quien atribuye a los paramilitares su desaparición.

No ha tenido la oportunidad de hablar directamente con Vanessa, puesto que, según le expresó el contacto, ella aún no asimila el hecho de haber encontrado a su papá biológico. Se sabe que se encuentra en Nueva York, Estados Unidos, pero sin mayores datos sobre qué fue de su vida en la actualidad, cuando está a punto de cumplir 31 años el próximo 16 de septiembre.

“No he hablado con ella, pero siento que ya la búsqueda terminó. Lo que me dijeron sobre ella es muy contundente como para dudar sobre que me estén engañando”, respondió Álvaro ante el cuestionamiento sobre este tema.

Sin rastro de 12.490

La alegría de Álvaro era celebrada por muchos y mirada con cierta envidia por otros de los asistentes a la ceremonia por el Día de los Desaparecidos que organizó la Gobernación de Antioquia, no solo para clamar por las 12.490 personas que están desaparecidas desde el 1 de enero de 1985 en Antioquia, según Medicina Legal, sino también para difundir datos y rasgos sobre los cuerpos de personas por las que nadie ha preguntado.

Entre ellos se encuentran el ingeniero forestal Andrés Camilo Peláez Yepes, del que no se sabe nada desde el 3 de abril, cuando desapareció en San Andrés de Cuerquia, o Leidy Andrea Restrepo Góez, quien salió para Santa Elena el 31 de julio y no regresó a su casa en Calasanz.

Rafael Blanco, secretario de la No Violencia de Antioquia, manifestó que con estas actividades se busca escuchar el clamor de los familiares de estos desaparecidos para que algún día puedan correr con la misma suerte de Álvaro.

También se pronunció sobre la publicación del libro en el cual hay rasgos de personas a las cuales no se les ha establecido una identidad, como tatuajes o vestuario, o de quienes ya se sabe su nombre pero no se les ha hallado ningún pariente que los reclame para darles el último adiós.

“Esperamos que con la publicación de los tatuajes o de algunas características que son llamativas o individualizantes como pertenencias o prendas de vestir, sea posible que algún familiar lo reconozca y que nos ayude en esa búsqueda de su nombre que estamos haciendo”, señaló el director de la Regional Noroccidente de Medicina Legal, Quebin Mejía.

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