La noche del 30 de noviembre en Medellín y el Valle de Aburrá no fue igual a la de años pasados.
No solo por el simbólico y multitudinario homenaje en el estadio Atanasio Girardot al equipo Chapecoense, luego de la tragedia aérea que dejó 71 muertos y 6 heridos, sino porque la tradicional alborada, la pólvora tuvo un bajo perfil.
Autoridades locales celebraron la merma en el uso de pólvora y por ende, en la cifra de quemados.
Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, escribió en su cuenta de Twitter. “Tenemos reporte alentador. Cero quemados con pólvora en noche de ayer. Sí se puede. Todavía nos falta. Gracias a la ciudadanía por el compromiso”.
En 2015 se registraron 24 lesionados; 27 en 2014; 17 en 2013 y 14 casos fueron registrados en Medellín en 2012.
La Dirección Seccional de Salud de Antioquia reportó un adulto lesionado con pólvora en el municipio de Girardota.
La percepción de menor contaminación por una alborada con menos pólvora se reflejó a simple vista y fue objeto de análisis por parte de los expertos.
Alexander Cubá, profesor de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, sostuvo que tras observar las gráficas del sistema de calidad del aire se pudo inferir un comportamiento diferente al que se registra en la alborada tradicional. Según el experto, el sistema de calidad mostró una conducta similar al registrado a las 6:00 p.m. por el tráfico vehicular.