Las polémicas por exceso de fuerza de la Policía no son ajenas a Medellín. En las últimas semanas EL COLOMBIANO recibió dos denuncias en las que se habla de las muertes de un hombre y de un bebé, en hechos separados, a manos presuntamente de uniformados.
El primer caso ocurrió en la madrugada del 16 de agosto. Paula Andrea Gómez relató que ese día ella misma llamó a la Policía para que le ayudaran a mediar en una discusión con su esposo, Jhonatan Meneses, de 30 años de edad.
“Él había tomado cervezas, y me quitó el celular y habíamos forcejeado. Yo misma llamé al 123 y después de mucho rato llegaron tres policías caminando. Uno de ellos pidió requisar a mi marido y él estaba tranquilo, hasta que le empezaron a requisar los bolsillos y ahí se les quitó y se iba a entrar para la casa. Y empezaron a forcejear. Mi marido tiene mucha fuerza, en el trabajo (empleado de una empresa contratista del metro) le dicen ‘la máquina’ y los policías no pudieron, entonces uno de ellos llamó refuerzos”, contó.
Lo que siguió, según el relato de Paula, fue la llegada de casi una decena de agentes que esposaron a su cónyuge luego de someterlo. “Se lo llevaron al CAI del barrio San Michel”, a pocas cuadras de la casa, afirmó.
Paula dice que quiso impedir que se lo llevaran, pero no pudo. Además dijo que varios vecinos presenciaron la pelea y forcejeos con la policía. James Zuluaga, defensor de derechos humanos de la comuna 13, también recibió testimonios similares a los entregados por la mujer.
De ahí en adelante hay versiones encontradas. Paula dice que fue a su casa a cambiarse porque estaba en pijama y los agentes le dijeron que iban a llevar a Jhonatan al Centro de Traslado por Protección, en Barrio Triste. Ella fue hasta allá pero no encontró registros de ingreso de su esposo. Regresó al CAI y la remitieron a Policlínica, donde volvió a encontrarse con oficiales que sobre las 7:30 a.m. le informaron que Jhonatan había muerto.
“Yo no lo podía creer y no me lo querían dejar ver, y finalmente un médico lo permitió. Estaba lleno de morados, chichones y golpes en el pecho, la cabeza, el cuello y la cara. Ellos dicen que le dio un paro cardiorrespiratorio, pero él no sufría de nada”.
El general Eliécer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana, aseguró que el hecho fue reportado como un caso de violencia intrafamiliar y que Meneses, en efecto fue llevado hasta el CAI. “Se puso enfermo y lo deben trasladar a la unidad intermedia donde fallece. Ya Medicina Legal dio el dictamen que es por paro cardiorrespiratorio, que no presenta golpes”, dijo. El oficial agregó que se abrió una investigación para determinar qué sucedió y señaló que algunos activistas están usando el caso para convocar a la protesta.
Este diario contactó a Medicina Legal para obtener información sobre el resultado del dictamen forense, pero la entidad reportó que solo podía entregar información con aval de la fiscal. La Fiscalía, a su vez, señaló que la divulgación de esa información es responsabilidad de Medicina Legal. Este diario sigue a la espera de una respuesta de ambas entidades.
La familia tampoco ha tenido acceso al dictamen, pero según Paula ya hay una denuncia instaurada ante Fiscalía y la familia decidió no cremar el cuerpo, por si es necesario hacer más pruebas. “Yo no llamé a los policías para que le pegaran o lo mataran. Ellos tienen que responder por lo que hicieron”, agregó.
La Personería de Medellín aún no tiene reportes oficiales sobre el caso.