Para salir de la unidad de urgencias de la Clínica Soma, en el cruce de La Playa con la Oriental, Jorge Andrés Escobar tuvo que esquivar carros y motocicletas mal estacionados, un carro de tintos y las obras a taladro en la acera. A pocos metros de la entrada, además, se oía el eco del tránsito vehicular y de una movilización ciudadana.
“Toca bajarse en plena vía y tirarse rápido del bus o el taxi y esperar a que cambie el semáforo. Es muy duro entrar a urgencias”, dijo Escobar.
El caso de la Clínica Soma no es aislado. En la comuna 10 de Medellín —la zona más transitada del Aburrá con 1,3 millones de visitantes diarios— nueve clínicas están afectadas por ruido, venteros, inseguridad y contaminación.
Además de la Soma, se mencionan a la Clínica CES, San Vicente Fundación, Clínica Vida, el Instituto Neurológico de Colombia, la Clínica Central Fundadores, la Clínica de Fracturas, la Clínica Sagrado Corazón y el Hospital General, con al menos 1.519 camas de hospitalización disponibles.
“Es insostenible”
Martha Rocío Rivera, coordinadora de Servicios Generales de la Soma, explicó que el ingreso en las porterías está “colapsado” por los carretilleros, que usan megáfonos para pregonar sus ventas y alteran, además de la movilidad, la tranquilidad de los pacientes.
Agregó que ha aumentado el robo al personal a las afueras de la clínica y las obras de infraestructura en el sector también están afectando los procesos. “Los venteros y los habitantes de calle están ahí y nos toca pelear para entrar una ambulancia”, comentó.
Por su parte, voceros del Hospital General de Medellín explicaron que una de las principales dificultades ha sido despejar las vías adyacentes que, en ocasiones, son bloqueadas por el mal parqueo. Agregan que es una queja permanente, pero que la respuesta oficial no ha sido adecuada.
Implementan plan
Las dependencias de Espacio Público, Seguridad y Movilidad de la Alcaldía, junto con la Policía Metropolitana, implementaron un plan para combatir el problema, con operativos semanales. Los resultados de la intervención en las afueras de los hospitales, realizado el 5 de septiembre, dejó 24 comparendos, con 13 automotores inmovilizados.
De acuerdo con la Secretaría de Movilidad, en lo que va del año 7.904 multas han sido impuestos en esta comuna por estacionamiento prohibido. La Subsecretaría de Espacio Público explicó que para atender el problema se cuenta con un cuadrante que está atento a cualquier requerimiento. “Además contamos con una unidad móvil para los sectores afectados”, indicó.
Pilar Velilla, gerente del Centro de Medellín, manifestó la urgencia de un control especial en áreas circundantes a hospitales. “Estos sectores tienen que tener un manejo preferencial para no molestar a los pacientes y facilitar la movilidad de ambulancias”, dijo.
Sin embargo, Rivera comentó que aunque han pedido el respaldo de las autoridades, los operativos aún son insuficientes: “El problema sigue y no es mucho lo que se haya podido recuperar”.
“A veces vienen, recogen las motos y al rato está otra vez lleno. Es como si tuviera cero vigilancia y cero control”, indicó Luz Inés Posada, gerente de servicios complementarios de San Vicente Fundación.
Problemas estructurales
Pese a los planes de intervención sectoriales, la dinámica propia de esta comuna torna complejas sus problemáticas.
En sus 17 barrios trabajan 300.000 personas, operan 14 centros de educación superior, estudian 14.563 alumnos y hay 22.500 negocios.
Según la Encuesta Origen-Destino 2018, de los 6.132.000 viajes diarios que se realizan cada día en el área metropolitana, 727.371 (12 % del total) tienen al Centro como destino.
Esto no solo la convierte en una zona congestionada, sino en un área con altos niveles de contaminantes, según las mediciones de material particulado PM2.5.
Otro problema es la inseguridad. La Candelaria es la comuna con más homicidios este año con 67, según la Secretaría de Seguridad.
Velilla enfatizó, además, que también se trata de cultura ciudadana: “si estamos cerca de una clínica tenemos que comportarnos con resp..eto”.