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“Usar todas las armas”: la orden de Petro para frenar ataques del Clan del Golfo en Bajo Cauca

Presidió consejo de seguridad en Caucasia por ataques del Clan. Se busca regularizar pequeños mineros.

  • El presidente Gustavo Petro llegó a Caucasia tras 20 días de paro minero. Momentos antes a su arribo a la zona hubo hostigamientos a la fuerza pública. FOTOs Cortesía

    El presidente Gustavo Petro llegó a Caucasia tras 20 días de paro minero. Momentos antes a su arribo a la zona hubo hostigamientos a la fuerza pública.

    FOTOs Cortesía

  • Hostigamientos en el Bajo Cauca. En la zona hay 10.000 policiales. FOTO: Cortesía
    Hostigamientos en el Bajo Cauca. En la zona hay 10.000 policiales. FOTO: Cortesía

No pasaron ni 24 horas desde que el Gobierno Nacional anunció el rompimiento del cese al fuego con el Clan del Golfo –por la quema de seis vehículos y el hostigamiento con tiros a la fuerza pública sobre la Troncal de Occidente–, y esta narcobanda volvió a cargar contra las autoridades. El ataque se dio al mediodía de este lunes cuando un grupo de militares hacía patrullaje por la zona y avanzaba en la remoción de los automotores quemados. Y lo más grave: todo en vísperas de la llegada del presidente Gustavo Petro a un consejo de seguridad en Caucasia.

En videos ciudadanos quedaron registradas las ráfagas de fusil con las que los ilegales atacaron a miembros del Ejército en jurisdicción de Tarazá. En total, fueron tres las avanzadas con tiros que no solo pusieron en riesgo a los militares presentes en el corredor, sino también a las personas que viven al borde de la vía, todo pese a que fueron 10.000 los efectivos que la Policía y el Ejército dispusieron para recuperar el control de la zona.

“Están disparando desde la montaña”, indicaron algunos habitantes, quienes se movilizaban por la zona hostigada. Dos horas más tarde arribó el presidente Petro, en compañía de los ministros de Defensa, Iván Velásquez, y de Interior, Alfonso Prada, para presidir el consejo de seguridad citado por la dura situación que azota al Bajo Cauca.

Sobre la 1:30 comenzó la reunión, que también contó con la presencia del gobernador Aníbal Gaviria, el alcalde de Caucasia, Jefferson Sarmiento, y otros mandatarios de las localidades afectadas por el paro minero, que hoy ajusta 20 días. Cuando ya caía la tarde, cerca de las 5:00, el Jefe de Estado compartió las conclusiones del espacio.

Hostigamientos en el Bajo Cauca. En la zona hay 10.000 policiales. FOTO: Cortesía
Hostigamientos en el Bajo Cauca. En la zona hay 10.000 policiales. FOTO: Cortesía

En primer lugar, afirmó: “Mantendremos la presencia de la fuerza pública en el territorio que ha sido objeto de violencias de parte del Clan del Golfo, que manipula las necesidades de la población minera, sujetándola, incluso, con su propia hambre”.

El mandatario rechazó, asimismo, todo acto de violencia e instó a las fuerzas militares a desplegar operaciones por todo Bajo Cauca. “Incluso, [hay que] extender esa actividad al Noroeste colombiano”, expresó. Posteriormente, volvió sobre las soluciones en las que los gobiernos Nacional y Departamental avanzarán para atacar la crisis social que se vive en la región por cuenta de la pobreza y las rentas que crecen a costa de la minería ilegal, además de convocar a una cumbre nacional minera.

Ya son 20 días de paro minero

La llegada del presidente a Caucasia se concretó luego de un hostigamiento registrado en la tarde del domingo, entre los municipios de Valdivia y Caucasia. Fue tal la dimensión del ataque –que incluyó quema de vehículos–, que el presidente ordenó tumbar de inmediato el cese al fuego que se sostenía desde el 31 de diciembre con el Clan del Golfo.

Luego de confirmar que sus cabecillas estaban detrás del ataque, el mandatario exigió reactivar las operaciones militares en contra de esa narcobanda. Entonces, expresó: “El ataque con fusil a la fuerza disponible de la Policía por parte del Clan del Golfo rompe el cese al fuego”.

El ministro Velásquez y el director de la Policía, general Henry Armando Sanabria, respaldaron el anuncio del presidente y le adjudicaron la responsabilidad de los ataques a dos estructuras de la organización criminal: la ‘Jorge Iván Arboleda Garcés’, bajo la dirección de alias Marcos, y la ‘Uldar Cardona Rueda’, al mando de alias Chirimoya. Pero aunque hasta el domingo había cese en lo que respecta a este grupo, el Ministerio de Defensa venía insistiendo en la destrucción de dragas ilegales.

Y es que en la última semana la quema de tres dragas en Nechí –avaluadas en $4.500 millones– y la falta de humo blanco el jueves pasado en los diálogos adelantados entre los representantes de la Nación y los voceros del paro llevaron a que dos confederaciones de mineros y esmeralderos convocaran a asambleas con el objetivo de una manifestación nacional. A esto se sumó, justo este lunes, un particular pedido de varios gobernadores del país de “libertad y orden” (ver nota anexa).

Formalizar a los pequeños

Además de precisar que hoy martes habrá una nueva reunión entre el gobernador, los alcaldes del Bajo Cauca y representantes de los ministerios del Interior, Defensa, Minas y Ambiente, el presidente mostró –luego del consejo de seguridad– su respaldo a la pequeña minería. Dijo que no hay una persecución en contra de esos actores y que, por el contrario, se avanzará en la construcción de un distrito agrario y minero.

Afirmó, en este sentido, que se buscará que este tipo de mineros cuenten con su propia maquinaria y que, incluso, mediante la modificación del código minero la pequeña minería pueda tener respaldo financiero y tecnológico, así como ser “la base real de una riqueza que se tiene que dar en la región”. Petro también habló de un censo de maquinaria para la formalización de los mineros e insistió en ampliar el alcance de la educación superior pública.

“Lo que no vamos a permitir es que se use el territorio para depredar al ser humano, a la naturaleza, en función de una codicia que responde a intereses extraños al territorio, a la población y que tiene que ver con las economías ilegales”, afirmó el presidente previo a dejar el Bajo Cauca, donde la movilidad y el abastecimiento de alimentos se han ido normalizando –pese a los hostigamientos–, pero donde los estragos del paro tienen a la gente sin plata para mercar .

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