El libre albedrío para sesionar de manera presencial o virtual en el Concejo de Medellín ha resultado en un desmadre. Ni la mesa directiva se ha puesto de acuerdo en cómo debe operar la corporación, encargada de hacerle control político a la Alcaldía. Varias ausencias el viernes pasado, cuando la administración rindió cuentas sobre su gestión, fueron la gota que rebosó la copa de algunos concejales.
Tras hacerle varios reparos al informe presentado por el secretario de Gobierno y alcalde (e), Esteban Restrepo —quien dio la vuelta y abandonó el Concejo una vez concluyó su presentación—, el concejal del Centro Democrático y vicepresidente primero de la corporación, Julio González Villa, puso el dedo en la llaga.
Atribuyó parte de la desfavorabilidad de la institución a la ausencia de los cabildantes, pues muchos continúan sesionando desde la virtualidad. “Me parece increíble que aquí todavía no estemos presentes los 21 concejales”, alegó González en la plenaria del viernes, una de las más importantes del año para hacerle control político a la Alcaldía.
Y luego, de manera vehemente, aseveró: “Allá siguen contestando desde las salas de despacho de las aerolíneas. Revisen ustedes las sesiones, para que vean concejales en otra parte; en clubes, en el carro, o afanados porque van a salir a ver un partido”.
El reclamo de González no es menor. La institución pasa por su peor crisis de imagen desde 2008: solo el 56% de los ciudadanos la ve con buenos ojos —según consolidado de Medellín Cómo Vamos— y el 37% valora como positiva su gestión. Pero ni estos números preocupantes generan consenso en la corporación.
Algunos concejales piden con urgencia la presencialidad. Consideran que el modelo mixto deteriora su labor. Otros, por su parte, insisten en esta modalidad. Creen que cumplir sus funciones no depende de presencialidad o virtualidad. La responsabilidad, en todo caso, es de la mesa directiva. Pero allí hay más desacuerdos que en cualquier lado.
Discordia en la dirección
Uno de los reproches de González el viernes pasado fue para el presidente del Concejo, el conservador Lucas Cañas Jaramillo, a quien le pidió liderar el retorno a la presencialidad total. Sin embargo, el tono no es del todo amable. Consultado por este diario, el vicepresidente relató que la decisión de mantener la modalidad mixta para sesionar no ha sido mancomunada.
“Al doctor Cañas le ha faltado leer el reglamento interno, porque está tomando decisiones sin consultarle a la mesa directiva. Le he dado a conocer mi postura, pero no ha habido espacio de conversación. Él se ampara en la declaratoria de emergencia”.
El recurso que menciona González es la Resolución 304 del 22 febrero de este año, emitida por el Gobierno Nacional. Con esta se extendió la emergencia sanitaria por el covid-19 hasta el próximo 30 de abril. Es decir que, hasta esa fecha, las entidades públicas pueden mantener modalidades de trabajo mixtas.
Este, precisamente, es el documento que invocó Cañas cuando se le consultó por el particular. “Nosotros no podemos violar la norma. Tenemos que hacer una combinación inteligente entre presencialidad y virtualidad”. Sostuvo el presidente que, aunque ha invitado a volver al recinto, no puede obligar a los concejales para que lo hagan. Además, “no puedo transgredir un decreto nacional”.
Si es por Cañas, entonces, la presencialidad total no volverá hasta concluido el tiempo fijado en la resolución. Luis Carlos Hernández, vicepresidente segundo y concejal por el Partido de la U, se suma a esa postura. Indicó que “los concejales están en su derecho” y que no están haciendo “nada ilegal”.
¿Por qué no vuelven?
Variables de edad, comorbilidades y riesgos ante la covid-19 son las razones que se mencionan en la resolución citada. A las sesiones de esta semana, según parte de los concejales, han asistido entre seis y ocho al recinto —la tercera parte de la corporación—. ¿Todos clasifican en estas causales?
Del viernes, por ejemplo, ni se tiene registro sobre cuántos se conectaron y cuántos asistieron. El concejal González afirmó que siete; la oficina de Comunicaciones dijo que 15; y la secretaria ad-hoc, la concejal del Centro Democrático Paulina Aguinaga Lezcano, no contaba con una cifra clara.
Detalló que en la toma de asistencia no se distingue este tema, que la plenaria transmitida por YouTube podría ayudar a corroborarlo.
Por esta falta de organización es que muchos afirman que el Concejo está disperso. Daniel Duque, del Partido Verde, esgrimió que esta especie de ausentismo continúa deteriorando la imagen de la corporación. “En medio de una crisis como la que vive la ciudad, lo único que se espera es que los entes de control operen, y que esté más presente el control político”.
Duque agregó que este fin de semana se discutió sobre acciones concretas para remediar la crisis que afronta el Centro de la ciudad. La sesión, sin embargo, fue virtual en su totalidad. ¿Por qué? Opera en la corporación la modalidad mixta de lunes a viernes, en la que cada concejal decide cómo participar, y los fines de semana se trabaja en virtualidad total.
Hasta los ausentes a la sesión del viernes, como Luis Bernardo Vélez, de Independientes, y Alfredo Ramos Maya, del Centro Democrático, expresaron que era necesaria la presencialidad; que aprovechaban la virtualidad por la misma dinámica propuesta desde la mesa directiva. Lo que está claro, sin embargo, es que a pocos concejales les preocupa la crisis de imagen que vive la corporación. Ni así toman una postura sólida .
44%
es el porcentaje de desfavorabilidad del Concejo, según Medellín Cómo Vamos.