Si la falta de infraestructura en movilidad eléctrica era una de las dudas para decidirse por un vehículo eléctrico, y contribuir así a disminuir la contaminación ambiental en la ciudad, ya la puede descartar.
EPM inauguró ayer tres nuevas estaciones de carga, y antes de finalizar el año tendrá 20 de estos sitios en el Valle de Aburrá y en Rionegro, que estarán en capacidad de prestar servicio a 5.250 automotores. Actualmente en el Aburrá hay cerca de 200 eléctricos.
Los tres nuevos sitios de carga de EPM están ubicados en: el Parque Comercial El Tesoro, Viva Laureles y el Éxito de El Poblado.
El gerente de EPM, Jorge Londoño de la Cuesta, afirmó que el objetivo de la entidad es mejorar la infraestructura de la movilidad eléctrica en la ciudad para que la demanda de vehículos que usan este tipo de energía crezca y la ciudadanía migre a hacia esta tecnología.
“No nos quisimos quedar en si primero debía crecer la demanda de carros antes que construir las estaciones. Le facilitamos a la gente la infraestructura para que puedan tener sus vehículos eléctricos sin problema”, afirmó Londoño.
El funcionario agregó que aunque el valor de los automotores eléctricos puede ser elevado, el ahorro se verá reflejado en el consumo de energía (más barato que la gasolina) y el costo de mantenimiento. “Será como pasó con los celulares, caros al principio y luego más accesibles”, dijo.
En las nuevas estaciones, los usuarios deberán llegar con la matrícula de su vehículo, expedir una tarjeta, y luego cargar la batería (en un promedio de 25 minutos). El cobro no es inmediato sino que se verán reflejados mensualmente en la factura de servicios públicos.
Por su parte, Celsia, que ya cuenta con dos estaciones de carga (En Eafit y en el centro comercial Oviedo), informó que este año inaugurará dos más y el próximo año completará con otras seis que se repartirán en todo el Valle de Aburrá.
A Janneth Riascos, que lleva tres meses moviéndose con su Renault Twizy, esta noticia la llenó de tranquilidad. Cuenta que siempre carga el carro en su parqueadero con una extensión que sale desde su apartamento. Las pocas veces que usaba una estación era en el centro comercial Oviedo, donde hay una de Celsia, pero casi siempre se mantenía llena.
“Me parece genial que haya nuevas alternativas porque moverse en este carro es muy fácil, sin pico y placa, sin contaminar, y aunque solo me gasto la mitad de la batería, siempre lo cargo en las noches por precaución”, relató.
La misma opinión la comparte Andrés Emiro Díez, investigador de la UPB y experto en movilidad eléctrica, aunque señala que hace falta pasar a buscar soluciones a las afueras de la ciudad.
“Hay que empezar a hablar con las ciudades vecinas: Cali, Pereira o Manizales, para poner cargadores rápidos en carreteras. Así, por ejemplo, se podría usar un vehículo eléctrico y a una carga en la vía llegaría al Eje Cafetero, o a dos se llegaría a la Costa Atlántica”, expresó Díez.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, destacó la labor que se está cumpliendo en materia de movilidad eléctrica, pero matizó que teniendo en cuenta que hay 550.000 automóviles convencionales, 750.000 motos, y apenas 200 carros eléctricos, se podría decir que el reto es enorme porque “aún estamos en pañales”.