El jardín de Moravia, que para 2015 tenía un espacio consolidado de 35.000 metros cuadrados, ha ido perdiendo terreno con el levantamiento de nuevas invasiones de madera y latas, en un hecho sobre el que aún no hay claridad acerca de lo que pasa, pues mientras las autoridades afirman que detrás de esta ocupación hay ilegales vendiendo lotes, en el barrio aseguran que son los mismos habitantes los que están construyendo ante el incumplimiento de proyectos de vivienda para reubicación.
El problema se hizo visible hace un mes, cuando se lanzó la alerta de esta nueva ocupación del morro, ya que el espacio como un jardín parecía firme, incluso, ha sido ejemplo de mostrar en escenarios nacionales e internacionales y se convirtió en un sitio turístico. Comparado con lo que el morro era a principios de siglo, cuando solo se veían ranchos, viviendas humildes y hacinamiento, lo de Moravia fue un milagro de transformación urbana.
Jorge Ignacio Montoya Restrepo, biólogo y doctor en Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cataluña, nos dijo que “la reurbanización del morro pone en riesgo una de las transformaciones urbanas y sociales más importantes de la historia de la ciudad”.
Hace 20 días, EL COLOMBIANO publicó un completo informe sobre esta nueva realidad titulado “Lo que está en riesgo con nuevas invasiones en el morro de Moravia”. Ante las denuncias, la alcaldía con sus secretarías de Seguridad y Gestión Territorial anunció controles y dijo que detrás del fenómeno habría bandas vendiendo lotes e intimidando a los habitantes.
Ayer un equipo periodístico regresó a la zona y observó de nuevo familias despejando terrenos para levantar otras invasiones, varias avanzando en la construcción de otras y el espacio del jardín cada vez más ocupado. No había autoridades presentes en el sitio.
Desde Moravia
Aunque no se pudo abordar a las nuevas familias tras la advertencia de que era riesgoso para la seguridad, vía telefónica contactamos líderes de la zona, pero cinco de ellos se negaron opinar bajo los argumentos de que o desconocen a fondo el problema o que es “muy delicado y confuso”.
Vanesa Álvarez, defensora de Derechos Humanos y líder del sector, sostuvo que no hay loteo ni invasión sino que son las mismas familias a las que se les incumplió con la reubicación. “Es la misma gente de la comunidad a la que no han querido reubicar desde 2006 la que está levantando sus casas. No hay loteo”, dijo y aseguró que son 172 familias y sus hijos, para un total de 432 personas esperando reubicación. Tiene en su poder una resolución de 2015 (ver Paréntesis) en la que, en efecto, se decide la ejecución del proyecto Mirador de Moravia para darles solución de vivienda a estas familias, y dice que como no se cumplió, por eso se está dando esta situación.
“Realmente no hay ninguna actuación en este momento, no hemos pensado siquiera en la posibilidad de delegar un operador urbano en Moravia”, admitió Nelson Darío Valderrama Cuartas, portavoz de la Subdirección de Planeación Territorial y Estratégica, durante una comisión accidental realizada en el Concejo de Medellín el pasado 28 de abril.
Sobre el panorama de seguridad en la zona, el analista del conflicto urbano y presidente de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social (Corpades), Luis Fernando Quijano, dice desconocer qué bandas estarían detrás del presunto loteo, pero asegura que “ningún actor ilegal va a dejar que lleguen personas de afuera así como así a construir en zonas que ellos dominan desde hace tiempo”.
Sobre esta problemática consultamos a la Secretaría de Gobierno, dependencia delegada como nueva vocera para el tema, pero al cierre de esta edición no llegó la respuesta