Hugo Gómez Sánchez era muy saludable, sin ninguna enfermedad de base a sus 68 años. Solía decir, de acuerdo con su hermana Piedad, que viviría muchos años, porque nada le dolía.
“Él se cuidaba mucho, usaba tapabocas, cumplía los protocolos de higiene”, recordó ella. Cuando llegaba a su casa en Bello, el pensionado se quitaba la ropa, la metía a la lavadora y entraba a la ducha.
Por eso nadie se explica cómo se contagió de covid-19, solo que comenzó con malestar, falta de apetito e insomnio. “Yo debo tener otra cosa, no coronavirus”, repetía, hasta que a los 15 días la congestión pulmonar lo llevó al colapso.
Una ambulancia lo transportó de urgencia al hospital y durante otras dos semanas dio la pelea en cuidados intensivos. Soportó cinco paros respiratorios, hasta que el pasado 25 de octubre entregó su alma a ese viaje a lo desconocido que llamamos muerte.
La funeraria Campos de Paz asumió la cremación, y cuando los dolientes iban a reclamar las cenizas, “nos dijeron que no podían dárnoslas hasta dentro de 20 días, por bioseguridad, porque si había una velación, los familiares que estuvieron cerca de mi hermano podrían contagiar a otros. En ese momento, la esposa de él tenía covid y estaba aislada”, indicó Piedad.
El argumento de la empresa generó contrariedad en algunos allegados a Hugo. ¿Por qué, si otras funerarias entregan las cenizas de un día para otro?, se preguntaban.
“Uno entiende que son cosas para evitar los contagios, aunque está la angustia de no poderse celebrar una misa de inmediato, y que mientras eso no ocurra, él no va a descansar en paz. Eso es lo que uno se imagina”, contó Piedad.
A propósito de este caso, EL COLOMBIANO hizo un sondeo por 22 funerarias del Valle de Aburrá, encontrando que no hay un consenso sobre el periodo adecuado para la entrega de las cenizas. Algunas prometen hacerlo a las 24 horas, otras a los dos días y unas más a las dos semanas (ver el recuadro). ¿A qué se debe esta situación, que puede confundir a los deudos?
En Colombia, los procedimientos de este tipo están regulados por una guía del Ministerio de Salud, llamada Orientaciones para el manejo, traslado y disposición final de cadáveres por SarsCov2 (covid-19). El documento ya va por su quinta versión desde el inicio de la pandemia y ha modificado algunas ideas con el paso del tiempo; por ejemplo, al principio todo muerto de coronavirus o sospechoso, era cremado, mientras que hoy, aunque en menor proporción, se permite la inhumación, de acuerdo con la tradición cultural de los dolientes.
Noelba Flórez, líder de proyecto de Riesgos Ambientales de la Secretaría de Salud de Medellín, y encargada de los protocolos con cadáveres en la entidad, explicó que “la norma no especifica los tiempos para la entrega de cenizas”.
Adujo que la Secretaría hace un seguimiento de los protocolos de cerca de 30 funerarias y que, “a raíz de que hace dos meses hubo unas quejas porque se demoraban hasta 15 días para la entrega, les hemos explicado que la combustión completa del cuerpo elimina el virus. El énfasis que hacemos es frente a los empleados y los rituales, para que se respete el distanciamiento social y que las personas tomen las medidas sanitarias”.