Los constantes monitoreos que hace la Unidad de Emergencias Ambientales (UEA), del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, son la principal razón del balance positivo que entregó ayer esta entidad respecto a vertimientos en el principal río de la ciudad.
“Encontramos una reducción significativa en los eventos de color que logramos identificar”, dijo Ana Cecilia Arbeláez, líder de Control y Vigilancia del Área.
La tarea de la UEA es investigar las causas de extrañas características visuales, de olores y de espuma que se presenten en el río Medellín.
Para contrastar el balance, Arbeláez hizo una comparación de lo que va corrido del año con los registros de 2017, cuando hubo 229 eventos de color. Según su reporte, en estos cuatro meses de 2021 van solo ocho eventos.
Andrea Luna, directora del Instituto Javeriano del Agua de la Universidad Javeriana, dijo que hay tres cosas a tener en cuenta cuando se presenta coloración: “la concentración de la sustancia química; su tiempo de permanencia; y la tolerancia de los seres vivos a ella, porque puede que no sea tóxica para los humanos, pero sí para seres vivos como las algas o las larvas de los peces”.
Luna añadió que muchas veces las sustancias que menos colores tienen son las más tóxicas, por eso es importante mantener los controles.