Un estruendo, como aquellos producto de las bombas que en los 80 y 90 sembraron terror en Colombia, fue el preámbulo que partió la historia de la construcción de viviendas en Colombia. A las 8:17 p.m., el sábado 12 de octubre de 2013, la fase seis del edifico Space, en El Poblado, se desplomó y la penumbra reinó por minutos para este sector y, por años, para cientos de familias.
Cinco años han pasado desde aquel momento y las heridas no han cerrado.
Tras un extenso proceso judicial (40 meses entre la imputación y la sentencia de primera instancia) por la muerte del residente Juan Esteban Cantor, una de las 12 víctimas que dejó el colapso, la juez Primera Penal del Circuito de Medellín condenó por homicidio culposo a Pablo Villegas Mesa, gerente de la constructora CDO; María Cecilia Posada, directora de la obra, y Jorge Aristizábal Ochoa, ingeniero calculista. El proceso penal precluyó por las otras 11 muertes por reparación integral.
El Tribunal Superior de Medellín confirmó la sentencia el pasado 11 de julio.
Juan Camilo Muñetón, apoderado de la familia Cantor, confirmó que la defensa interpuso el recurso extraordinario de casación, por lo que el proceso penal pasó a la Corte Suprema de Justicia.
En el fallo, la juez aseguró que la edificación no era apta ni para soportar ni su propio peso. El Ministerio Público, por su parte, afirmó que el diseño de Space transgredió 10.678 veces la norma de sismorresistencia; mientras que la construcción desconoció 23 artículos de la misma norma.
Otros errores mencionados en el juicio fueron la indebida utilización en la mezcla de los materiales y la falta de al menos 4,5 metros en la cimentación de una pila de la fallida torre seis.
En medio de las reclamaciones de afectados y acuerdos de pago con una parte de estos, se definió que el lote entraría en una figura de proindiviso, es decir, que cada uno de los acreedores tendría un porcentaje en el terreno, incluida la Alcaldía que adquirió un 21 % como pago por la demolición. La situación jurídica no se ha resuelto todavía.